Archivos en la Categoría: argentina

Lo que está detrás del caso Repsol-YPF

Lo que está detrás del caso Repsol-YPF

Eduardo Olier
Kirchner-cristina-mano.jpg

Cristina Fernández de Kirchner, presidenta de Argentina.

YPF era hasta la fecha de la intervención política del Gobierno Kirchner la filial argentina de la multinacional española Repsol, que poseía el 57,43% de su capital. Formando parte de este relevante grupo petrolero, YPF realizó en Argentina en 2011 inversiones superiores a los 3.000 millones de dólares y pagó 6.400 millones en impuestos, lo que la convirtió en el primer contribuyente del país, además de ser el mayor productor de hidrocarburos, gestionando el 32% de la explotación de petróleo y el 23% de gas: nada más lejos, sin embargo, de constituir un monopolio, pues allí operan también Esso, Oil Combustibles y Shell.

Repsol-YPF ha sido el objetivo fácil de unos dirigentes sin escrúpulos que, al hilo de una demagogia populista, pretenden tapar sus muchas faltas y, probablemente, enriquecerse con ello. Sin embargo, les será difícil ocultar que Argentina tiene la economía destrozada. La política de subsidios que los encumbró al poder ha llegado a su fin. Lo que empezó con una subida del 30% de los salarios de los funcionarios, y se acompañó con un caudal de subvenciones a múltiples sectores que superó, en 2011, la enorme cifra de 63.000 millones de pesos, se ha terminado. Subsidios que incluso llegaban al metro de la capital -el subte- cuyo precio se ha incrementado un 127% después de que el Gobierno actual lo traspasara a la ciudad de Buenos Aires quitándole la subvención. Un país que sin subsidios verá crecer la inflación y, con ello, la pobreza, que estadísticas fiables sitúan ya en el 44% de la población.

A lo anterior se añade la liberalización de los precios de los combustibles, que llevó a incrementos del precio del gasoil cercanos al 50% en 2011. Una situación que empeorará con la llegada del invierno, a lo que habrá que sumar los habituales cortes de electricidad. Un problema tradicional en Argentina, necesitada aún de cuantiosas inversiones en infraestructuras, que se completa con unos hábitos de consumo desproporcionados. Sin olvidar el precio del gas, cuyas compras realiza la sociedad pública Enarsa que, sorprendentemente, importa gas a un precio muy superior al obtenido localmente. Una empresa creada por Néstor Kirchner en diciembre de 2004 con el objetivo aparente de introducir la presencia estatal en un mercado privatizado desde los años noventa por Carlos Menem.

Argentina, ¿un Estado fallido?

Además, la crisis internacional aumenta las incertidumbres. A lo que se añaden otros factores como la actual sequía, la política de fuerte ajuste fiscal y, últimamente, las restricciones a las importaciones. Un escenario en el que ya se anuncia una contracción de la economía y, por tanto, menores ingresos para el Estado. La economía dejó de crecer hace meses, y las estimaciones para 2012 prevén un crecimiento del 3,4%, muy lejos del 9% de 2011. De ahí que el populismo del actual Gobierno le haya llevado a reclamar de nuevo las Malvinas, y a intervenir Repsol-YPF sin ningún soporte legal, utilizando para ello una incomprensible decisión política.

Un país que, según The Economist de marzo de 2011, estaría ya en la cabecera de los cinco Estados fallidos mundiales. Una sufrida Argentina dominada por una facción peronista que, al decir de este medio de comunicación, no tiene ningún interés en seguir las reglas del juego democrático y se opone violentamente a cualquier avance en este sentido; como tampoco le importa mejorar las condiciones de vida de los argentinos, muchos de los cuales tratan de huir del país. Un grupo donde la corrupción masiva se practica con total impunidad, y donde la justicia, según esta revista, está repleta de jueces politizados que incluso por orden del Gobierno negaron el año pasado un requerimiento de un alto tribunal suizo que investigaba un asunto de blanqueo de capitales proveniente de Argentina.

Y no sólo son los ingleses. También los Estados Unidos en este mes de marzo retiraron a Argentina la calificación de país preferente, sacándola del GSP (Generalized System of Preferences), con la justificación de que «Argentina no ha actuado de buena fe para reforzar las decisiones de arbitraje en favor de ciudadanos o empresas americanas». A lo que han añadido el embargo de importaciones de vino y aceite de oliva.

Repsol ha sido la fácil excusa y la demostración palpable de la corrupción generalizada del Gobierno argentino actual, al cual no le serán suficientes las movilizaciones que en su favor realice la organización juvenil La Cámpora dirigida por el hijo de la presidenta, Máximo Kirchner, cuyo lema La fuerza de la juventud, la fuerza de un pueblo son huecas palabras que no evitarán el aislamiento internacional y el aumento de la pobreza del sufrido pueblo argentino.

Eduardo Olier, presidente del Instituto Choiseul España.

Wall Street Journal propone la expulsión de Argentina del G-20

Wall Street Journal propone la expulsión de Argentina del G-20

Piden que sea hasta que Cristina Fernández se digne a ‘comportarse como un jefe de Estado de verdad, y no como un matón’

 

El presidente Felipe Calderón enfatizó que la apertura y no el proteccionismo son el camino para el progreso económico del área

CIUDAD DE MÉXICO, 20 de abril.- Los «países civilizados» del mundo deberían expulsar a Argentina del G20 hasta que la presidenta argentina, Cristina Fernández, se digne a «comportarse como un jefe de Estado de verdad, y no como un matón», según The Wall Street Journal.

En un editorial, el influyente diario financiero neoyorquino sostiene que tal expulsión supondría la mejor forma de llamarle la atención, ya que «la señora de Kirchner no está por acatar cualquier tribunal internacional».

El diario profundiza en lo perjudicial para Argentina que resultaría la expropiación de YPF de la multinacional española Repsol, ya que va a «animar la fuga de capitales, que los controles severos y los perros rastreadores en los transbordadores que cruzan el Río de la Plata al Uruguay no han podido frenar».

La decisión de la presidenta «tiene sentido cero para Argentina, tomando en cuenta su necesidad de capital extranjero para desarrollar reservas de crudo y de gas que se creen muy extensas».

«Pero – continúa el editorial- si la Historia sirve de guía, eso a la señora de Kirchner le da igual. Está intentando salvar su presidencia mientras que el modelo económico que heredó de su marido, el fallecido Néstor Kirchner, pierde fuelle».

El periódico recuerda que al asumir el cargo en 2003, tras el fracaso de la paridad entre el peso y el dólar, «Kirchner impuso controles sobre los precios, derogó contratos, renunció a pagar las deudas, expropió bienes y ahuyentó a los inversores extranjeros».

En la recuperación económica que se obtuvo después, «el crecimiento partió de una base reducida y se alimentaba de un tipo de cambio para el peso que era artificialmente bajo y un mayor proteccionismo, dirigido a generar demanda interna».

Al mismo tiempo, Argentina se vio beneficiada por los bajos tipos de interés dictados por la Reserva Federa de EE. UU., que dieron lugar a un «boom en los precios de las materias primas que suponen una gran parte del PIB de Argentina».

«Ahora -advierte el Wall Street Journal- el crash parece inevitable; la economía se ralentiza y las reservas internacionales se fugan».

«Al robar Repsol -argumenta- la señora de Kirchner pretende aprovecharse de los sentimientos nacionalistas» y hacerse con los suministros de petróleo y los medios para alimentar «la maquinaría del clientelismo político».

Sin embargo, -sostiene el editorial- está impulsando la fuga de capitales.

 

Los Eskenazi, la familia que apostó en grande y perdería en grande con YPF

Los Eskenazi, la familia que apostó en grande y perdería en grande con YPF

Por TAOS TURNER

BUENOS AIRES —Hace algunos años, la familia argentina Eskenazi logró el negocio del siglo al obtener 25% del productor de gas y crudo más grande de su país, YPF SA, sin poner ningún dinero inicial sobre la mesa.

Pero ahora que la presidenta Cristina Fernández de Kirchner avanza en su plan de nacionalizar YPF, los Eskenazi podrían terminar pagando muy caro por su apuesta.

Aunque el gobierno ha indicado que no expropiará, por ahora, la participación de la familia en la empresa, impondrá una nueva política de dividendos que haría difícil, si no imposible, que los Eskenazi paguen la montaña de deuda que asumieron para hacer posible la compra.

De hecho, el equipo de gestión del accionista mayoritario de YPF, la española Repsol YPF SA, cuya participación pasará de 57% a 6%, resumió contundentemente la difícil situación de sus socios argentinos.

«Evidentemente está más clavado el que no es expropiado que el que está expropiado», dijo esta semana el presidente de Repsol, Antonio Brufau, en referencia al dilema de los Eskenazi, que según él le deben a Repsol US$1.900 millones.

Los Eskenazi, que poseen una participación en YPF a través de su firma de inversiones Grupo Petersen, no respondieron a solicitudes de entrevista.

Presidencia de la Nación, ArgentinaSebastián Eskenazi (der.), presidente ejecutivo de YPF, y la presidenta Cristina Fernández de Kirchner durante la inauguración en 2008 de una plataforma petrolera.

El problema de los Eskenazi es que se comprometieron a pagar sus deudas a Repsol y al resto de los acreedores con los dividendos de YPF. Sin embargo, tras la nacionalización, el gobierno ha anunciado que usará las ganancias de la petrolera para aumentar la decreciente producción de la compañía.

«Más allá de la pérdida de control en YPF, el impacto inmediato de esta nacionalización será una probable suspensión de pagos del Grupo Petersen», señaló Exane BNP Paribas en una nota.

En 2008, el Grupo Petersen financió la compra de 14,9% de YPF con un préstamo garantizado por valor de US$1.000 millones de un grupo de bancos liderado por Credit Suisse, según la firma de abogados Cleary Gottlieb, que representó al holding en la operación. El grupo también obtuvo de Repsol un crédito de US$1.000 millones y acciones.

Al año siguiente, el Grupo Petersen obtuvo otro 0,1% de YPF y en 2011 compró un 10% adicional, financiando la operación con otro préstamo garantizado de US$700 millones de un grupo de bancos liderado por Banco Itaú y Credit Suisse. Repsol aportó otro crédito de unos US$625 millones, según Gottlieb.

En 2008, Moody’s Investors Services advirtió que cualquier cambio en los términos del acuerdo podía ser problemático para el Grupo Petersen.

«Es importante destacar que el acuerdo compromete a ambos accionistas a mantener la política de dividendos de YPF en 90% de las ganancias al menos hasta el pago del préstamo, y que cualquier cambio en esta disposición constituiría una cesación de pagos bajo las condiciones del préstamo», añadió Moody’s.

Pierde atractivo

Brufau apuntó que la capacidad de los Eskenazi para cumplir con sus obligaciones con los acreedores dependía de si la familia podría vender su participación en YPF a un precio razonable. Sin embargo, las acciones de petrolera han perdido más de 60% de su valor en lo que va del año, y la familia podría verse obligada a encontrar un comprador dada la incertidumbre sobre el futuro de YPF en manos estatales.

Los Eskenazi, que hasta hace poco tenían una estrecha relación con la presidenta Fernández de Kirchner y su difunto esposo y predecesor, Néstor Kirchner, han mantenido un perfil extremadamente discreto en YPF. Sebastián Eskenazi, presidente ejecutivo de YPF, nunca habló en conferencias telefónicas con inversionistas o dio entrevistas.

Su padre y sus dos hermanos formaron parte de la junta directiva de la empresa a pesar de que la familia tenía poca o ninguna experiencia en la industria petrolera antes de asumir cargos en YPF.

Creado en 1920, el Grupo Petersen se concentra en los sectores de construcción, ingeniería, banca y agricultura.

Durante años, Fernández de Kirchner alabó a los Eskenazi, y el año pasado reconoció a la familia por haber mejorado la gestión de YPF. Sin embargo, la relación se rompió el año pasado cuando Argentina se convirtió en importador energético neto.

El ministro de Planificación, Julio De Vido, que tiene ahora las riendas de YPF, anunció el martes que el futuro de los Eskenazi como accionistas está por verse. «Veremos cuál es su actitud», señaló el funcionario.

 

La tragedia de Argentina

La tragedia de Argentina

Por Pierpaolo Barbieri

The Wall Street Journal Americas

La decisión de la presidenta Cristina Kirchner de renacionalizar a YPF, la petrolera argentina controlada por la española Repsol, tomó a muchos por sorpresa. Pero para alguien que creció en Argentina, era predecible. Mi país una vez más se ha convertido en un sinónimo de disparate económico. Lo que me parece realmente increíble es que comentaristas serios como el economista Nouriel Roubini ofrezcan a Argentina como un modelo para Grecia.

Las recientes escenas en las calles de Atenas evocan vívidamente los últimos meses de la convertibilidad a principios de la década de 2000. Según parece, los países en camino al colapso, están condenados a ver a sus políticos discutiendo entre sí al borde del precipicio mientras que desadaptados lanzan cocteles Molotov a edificios públicos.

No obstante, al pedir que Grecia siga los pasos de Argentina, es decir, una cesación de pagos, una devaluación profunda y su salida de la euro zona, los comentaristas están sacando todas las lecciones erróneas de la historia reciente de mi patria.

041612ypf04jpg

Cuando se implementó en 1991, la decisión de Argentina de atar el peso al dólar fue una política económica astuta: terminó con el ciclo de hiperinflación y devaluaciones crónicas que habían obstaculizado el crecimiento por décadas. Argentina finalmente había escapado a los trastornos de la inestabilidad democrática posterior a la dictadura. Las reformas, privatizaciones y la convertibilidad generaron una nueva legitimización del Estado.

Las bajas tasas de interés, ganadas a pulso, llevaron a un frenesí domestico de gasto y préstamos, similar al de Grecia después que se unió a la euro zona. La estabilidad de precios, el crecimiento y una renovada fe en la fortuna económica del país, terminaron por darle paso a un desempleo por las nubes, una expansión de la pobreza y líneas de crédito del Fondo Monetario Internacional.

En 1999, en medio de la recesión, los argentinos eligieron a un político sobrio y poco carismático como presidente. Fernando de la Rúa prometió limpiar el corrupto sector público y no cambiar la política monetaria, manteniendo la popular paridad de «un peso, un dólar» de su predecesor.

Los déficit crónicos y la fuga de capitales empeoraron a medida que se profundizó la recesión. En algo que sólo puede ser descrito como un fallo de liderazgo, los políticos se aferraron a una tasa de cambio sobrevalorada que había recordado al país, por un fugaz momento, su otrora gloria económica. Los recortes de gastos en medio de la recesión fueron insuficientes para restaurar el balance fiscal y el gobierno resultó ser demasiado débil para implementar reformas más difíciles y que impulsaran la productividad, como el reducir la burocracia o mejorar el dinamismo del mercado laboral.

En poco tiempo, los argentinos clamaban por «sacar a todos los políticos». Para finales de diciembre de 2001, de la Rúa sucumbió a la presión, escapando del palacio presidencial en un helicóptero y dejando un caos institucional detrás de él. El 23 de diciembre, el tercer presidente de Argentina en cuatro días declaró una cesación de pagos unilateral frente al Congreso. Si ve las imágenes de los legisladores aplaudiéndolo, podría pensar que acababa de anunciar la victoria de Argentina en el Mundial. En cambio, fue la mayor cesación de pagos en la historia moderna.

En el poder desde 2003, los gobiernos sucesivos de los Kirchner, liderado primero por el difunto Néstor y ahora por su viuda Cristina, han caracterizado a la cesación de pagos como un acto de heroísmo contra los acreedores ilegítimos y el FMI. «Neoliberal» sigue siendo un insulto fuerte en Buenos Aires. Es en este contexto que algunos economistas, impresionados con el alto crecimiento nominal de Argentina, urgen a Grecia a que siga este ejemplo.

No obstante, en Argentina el crecimiento se ha presentado pese a la cesación de pagos y no a causa de ella. Un auge de commodities dirigido principalmente por la soya, se encuentra en el núcleo del desempeño del país, ayudado por las inversiones estructurales y tecnológicas de la neoliberal década de los 90 y los lazos comerciales con un Brasil al alza.

La devaluación y la cesación de pagos borraron una década de ahorros de la clase media argentina y de sus jubilados, a la vez que premiaron a aquellos con suficientes dólares como para esconderlos en bancos extranjeros. También puso fin a una necesaria reforma estructural, llevando al poder a personas ansiosas de hacer crecer al estado para perpetuar su poder político.

El devaluado peso abarató la mano de obra argentina, pero la productividad cayó aún más. La competitividad duró poco. Los gobiernos Kirchner regresaron a una estrategia desacreditada en los años 80: altas tasas de crecimiento con una inflación aún mayor. Una década después de la cesación de pagos Argentina aún es ignorada por los mercados de crédito. No es capaz de financiar inversiones a largo plazo y necesita devaluaciones periódicas para mantener la «productividad». Cuando el gobierno tomó prestado dinero del «camarada» de Kirchner, Hugo Chávez, hace algunos años, la alta tasa de interés no reflejó la hermandad socialista

El gobierno ha implementado controles draconianos sobre todas las importaciones. Controles de capital al estilo de los años 70 están de moda, sumados a estrategias arbitrarias de balance comercial. Ahora todas las importaciones requieren aprobación, medicamentos esenciales se han desvanecido de las farmacias, aunque de alguna forma los amigos del gobierno pueden importar lo que deseen.

«El balance comercial específico para cada compañía» conduce a escenarios demenciales como el de los importadores de autos, quienes tienen que comprar vino argentino para exportar, para que así puedan contar con cuotas de importación.

Mientras tanto, el gobierno de Kirchner publica estadísticas oficiales que no presentan una imagen real de la inflación y las batallas de distribución del país. El gobierno primero saqueó («nacionalizó») el sistema privado de pensiones y luego se apropió («recalculó») las reservas del banco central, poniendo fin abruptamente a la independencia del banco, que de por si era una de las reformas más importantes de los 90.

Escaso de efectivo una vez más y aprehensivo de las importaciones de energía, el gobierno puso su mira en YPF. Los apologistas del gobierno tienen razón al quejarse de que los dueños españoles no cumplieron con sus promesas de inversión, pero se les olvida que el gobierno ha fijado los precios del crudo para que ninguna empresa independiente tenga incentivos para invertir. De nuevo en manos del gobierno, YPF bombeará más favores políticos que petróleo.

La cesación de pagos unilateral también creó un desastre legal que cumple una década y se rehúsa a desaparecer. Jueces en todo el mundo aún consideran casos presentados por acreedores que reclaman activos argentinos en el exterior. En este contexto no es de sorprenderse que las inversiones domésticas en sectores que van desde la energía a las comunicaciones se hayan estancado y que sólo los miembros del gobierno puedan obtener un crédito razonable.

En resumen, aquellos que alaban el sendero argentino deberían ir más allá de las engañosas tasas de crecimiento nominal del país. El auge de los commodities esconde una caída de la competitividad, una corrupción rampante y un colapso de las inversiones productivas.

Las lecciones para Grecia son claras. Aunque los ajustes son inevitables, Atenas forma parte de un proyecto europeo más grande y valioso. Claro, el «núcleo» alemán necesita moverse con mayor celeridad hacia una verdadera unión económica, junto a un federalismo fiscal e inversiones para frenar el desempleo, pero Grecia ha sido sostenida a través de la reforma y se le ha dado un sustancial recorte a su deuda en manos privadas.

Por lo tanto, Atenas tiene una elección: puede continuar con las dolorosas pero necesarias reformas estructurales, o puede tomar el sendero argentino. Sin embargo, debería tener cuidado, una salida del euro probablemente traería de regreso el ciclo de inflación e inestabilidad. Argentina es un recordatorio del pasado del que escapó Grecia y es un futuro que debería evitar,

Barbieri es un académico del Kennedy School de Harvard. Su libro, «Hitler’s Shadow Empire: Nazi Economics and the Spanish Civil War,» será publicado a finales del año por Harvard University Press.

YPF, genocidas y principios

YPF, genocidas y principios

Por Guillermo Luis Covernton 

ESEADE

Desde hacen 48 hs. todos los medios de comunicación que me conectan con el mundo que está fuera de mi mente hierven con gente que me pregunta mi opinión sobre la confiscación de YPF.

Por celular, por las redes sociales, por correo electrónico, por los pasillos de la universidad, clientes, proveedores, empresarios que se vinculan conmigo, todo el mundo quiere un análisis sobre esto.

Obviamente que cada uno debe formarse una opinión propia, para lo cual hace falta dar una profunda lectura de los antecedentes jurídicos, históricos y económicos del proceso de privatización y de re-estatización. Pueden haber también algunas consideraciones económicas. Pero por sobre todo, y dada la insistencia de tantísimas personas que me lo preguntan, porque creen en mí como persona, me siento en la obligación moral de dar una respuesta ética, antes de estudiar todos los detalles que alguien pueda considerar atendibles.

Para decirlo muy brevemente, porque estoy de viaje y me estoy conectando por celular: Hitler, cuando quería obtener dinero, mandaba a la Gestapo a la casa de un judío viejo, rico y feo. Lo apaleaban, le robaban todo y luego lo mandaban a Auschwitz. ¿Porque?

Porque era más aceptado por la mayoría que ir a asesinar a una rubia veinteañera y sacarle el equivalente a 50 pesos. Pero era un crimen aberrante, de igual modo.

Esta gente confisca YPF porque les puede dar una caja eficaz y rápida. No te expropian tu casa porque sacarían poca plata y mucha gente se solidarizaría contigo. Pero es un crimen aberrante, de igual modo.

Están robándole a una persona privada, a un civil cualquiera, argentino o extranjero, detalle que no hace ninguna diferencia, un activo que ha comprado genuinamente, pagando por él con el fruto de su trabajo, con sus ahorros, o con capital tomado a crédito, y que debe devolver a los ahorristas que se lo confiaron.

Un activo que le habían vendido ellos mismos, prometiéndole unas reglas que fijaron por contrato y que ahora no cumplen: QUIEN QUIERA COMPRAR DEBE OFRECER UN PRECIO POR EL 100 %. Es un crimen aberrante. Si aceptamos esto, desde el punto de vista moral, no vamos a tener argumentos éticos de ningún tipo para esgrimir, contra cualquier iniciativa que quiera confiscarte tu casa, tus ahorros, los depósitos bancarios o la vida de tus hijos.

Del mismo modo que se quedaron sin argumentos todos aquellos que marcharon a los hornos crematorios nazis, después de haber tolerado el genocidio de los judíos.

No importa si me gusta Repsol o Bruffau. No interesa si son extranjeros. Tampoco importaba si eran gordos, feos, ricos o judíos. NO MATARÁS. NO ROBARÁS. Eso es lo único que importa. Se podrán hacer muchísimos otros análisis, pero este es ineludible. Si no estamos de acuerdo en esto, es dificil que podamos integrar una sociedad civilizada, abierta, pluralista y respetuosa de las minorías y de la diversidad, sin xenofobia, racismo, prepotencia y sin violaciones a los derechos humanos.

Perdón por lo breve pero no tengo tiempo: Tengo que producir para poder seguir viviendo de mi propio trabajo y no hacerme Kirchnerista.

Guillermo Luis Covernton es Dr. En Economía, (ESEADE). Es profesor de Macroeconomía, Microeconomía, Economía Política y de Finanzas Públicas en la Pontificia Universidad Católica Argentina, Santa María de los Buenos Aires, (UCA). Es director académico de la Fundación Bases.

Ibsen Martínez: Nacionalización de YPF: El Eterno Retorno

Las acciones de la señora Cristina K encaminadas a renacionalizar YPF  mueven de nuevo a pensar en la nacionalización como rito chamánico.

Al no pretender ser magia negra— puesto que no procura hacer el mal, sino el bien –, la estatización de la economía está condenada al fracaso porque, tal como muestra la experiencia humana desde hace ya suficiente tiempo, sólo la brujería decididamente maléfica del mercado y el interés individual logran salirse con la suya.

En efecto, la nacionalización en  América Latina puede y debe verse como un rito de fertilidad y de abundancia. Una danza propiciatoria para hacer lluvia en tiempo de sequía.

Equivale a la ceremonia con que los sioux de las praderas norteamericanas rogaban a sus deidades que sus partidas caza hallasen nutridos rebaños de bisontes. O a las que los chamanes de nuestras etnias amazónicas recurren para propiciar a sus congéneres buena caza o  buena pesca y que no se los coma el tigre.  Es pensamiento “mágico-distributivo”, digamos, aplicado a la macroeconomía con vistas al desarrollo y la prosperidad de todos.

Pero al no pretender ser magia negra— puesto que no procura hacer el mal, sino el bien –, la nacionalización está condenada al fracaso porque, tal como muestra la experiencia humana desde hace ya suficiente tiempo, sólo la brujería decididamente maléfica del mercado y el interés individual logran salirse con la suya.

Recuerdo que el 1º de mayo de 2006,  fecha en que Evo Morales nacionalizó “sorpresivamente” la industria de hidrocarburos boliviana,  lo pasé encerrado en una habitación de un hotel de Cochabamba, abatido por una doble frustración.

Un esquivo sindicalista “trotsko-cocalero” con quien concerté  una entrevista para The New Republic me había dejado plantado.

La segunda frustración vino al encender la televisión y percatarme de que Evo Morales presidía en aquellos momentos una ceremonia de ocupación de un campo gasífero en Tarija. Yo habría debido estar allí y no en Cochabamba. Pero no me perdí demasiado.

En realidad, lo único sorpresivo que cabía registrar fue el adelanto de la fecha. Lo más colorido del  ceremonial fue el despliegue militar en las instalaciones de una concesionaria extranjera, como si del asalto a una fortificación enemiga se tratase. Lo mismo ocurría con las inofensivas gasolineras de Petrobras: piquetes de soldados en traje de campaña y armados hasta los dientes custodiaban los surtidores.

La oratoria reivindicativa de la soberanía de la nación boliviana respecto de la riqueza del subsuelo me hizo recordar el discurso de Carlos Andrés Pérez, treinta años atrás, cuando se nacionalizó por primera vez la industria petrolera venezolana: las mismas invocaciones a Bolívar, las mismas consignas sobre el “patrimonio de todos”, las mismas admoniciones sobre la necesidad de “administrar la abundancia con criterio de escasez.”

La nacionalización boliviana se anunció  como lo han hecho todas las nacionalizaciones  de la región: como el advenimiento  de una nueva era, aunque en realidad no fuese más que un avatar del mito del eterno retorno. Con la de 2006, Bolivia nacionalizaba por tercera vez en menos de setenta años su riqueza fósil, para no hablar del estaño, nacionalizado  medio siglo atrás.

Sólo unos cuantos meses más tarde, en los primeros días de enero de 2007,  durante la ceremonia inaugural  de su actual período presidencial, Hugo Chávez anunciaba nacionalizaciones que  describió como el comienzo del largo camino al “socialismo del siglo XXI”.

Poco después comenzó por “renacionalizar” ­ empresas públicas  privatizadas en los años noventa: la telefonía y las compañías de electricidad.

En el mismo acto se anunció el designio de lograr mayoría accionaria en la participación de la petrolera estatal venezolana en los grandes proyectos de la faja bituminosa del Orinoco, hasta entonces dominados  por las estadounidenses ExxonMobil, Conoco-Phillips y  Chevron, junto a la francesa Total, la inglesa BP y la noruega Statoil.

Característicamente, Chávez ordenó la ocupación militar de las instalaciones arrebatadas a la codicia extranjera. La puesta en escena de la ceremonia incluyó el vuelo rasante, por sobre el complejo petrolero escogido para el acto, de un dúo de cazas interceptores Sukhoi, de fabricación rusa y  reciente adquisición.

¡Qué amasijo de mixtificaciones belicistas, cuánta descaminadora carga simbólica militarista, cuánta inconducente teatralidad compensatoria tiene  en nuestro continente este tipo de medida económica, a pesar de su largo y grueso historial de fracasos tan idealizados como ruidosos!

En América Latina  puede hablarse ya  de oleadas nacionalizadoras, tal como los historiadores del siglo XX hablan  de una primera, segunda  y tercera oleadas de populismo.

La primera se asocia con la hora estelar del general Lázaro Cárdenas en México y es de aquella, sin duda, que la idea cobró su modélica calidad de militarismo anti-imperialista.

Siete décadas más tarde, Chávez protagoniza la tercera, o cuarta, quinta o quizá sexta oleada de nacionalizaciones, luego de los fiascos mexicanos, argentinos, peruanos y bolivianos. Y de sus propios fiascos.

El rasgo más prominente de las oleadas nacionalizadoras  es su cariz exculpatorio de toda insuficiencia en la gestión del estado.  Chávez nacionaliza fundos pecuarios, cañaverales, silos platanales, hoteles y condominios en construcción, para compensar la colosal ineptitud de un petrogobierno que acusa, sin fundamento alguno, a las cementeras extranjeras del fracaso estruendoso de su plan de viviendas. Cristina K, por su parte,  nacionaliza las acciones de Repsol en YPF so pretexto de detener enérgicamente la caída en la producción,  pero, en realidad, para encubrir que esa caída en la producción obedece  a la pésima gestión gubernamental, tan  propicia a la desinversión en todos os rubros económicos. Junto a ello, la caída de las reservas argetninas, concomitante del aumento en las importaciones. NO deja de ser carcatsrísticode la maacarada populista de gobiernosmcomo el de la Srgentina el que los señores K hayan aprobado entusiastametne las privatizaciones de los años 90 precedids por Carlos Menem.

Peero está probado que como electoral artificio de chamanismo económico,  las nacionalizaciones no son buenas, hacen daño y se acaba por rodar.

Y al cabo, igual viene el tigre y te come

 

Una empresa china podría sustituir a Repsol en la petrolera YPF

Tras la expropiación de las acciones de la compañía española

Una empresa china podría sustituir a Repsol en la petrolera YPF

Un hombre pasa cerca de un cartel que reclama las petroleras como argentinas. | EfeUn hombre pasa cerca de un cartel que reclama las petroleras como argentinas. | Efe

Ramy Wurgaft (corresponsal) | Buenos Aires

¿Habrá quien esté dispuesto a meterse en los zapatos de Antonio Brufau y asociarse al Gobierno argentino en la conducción de YPF? Pese a la desconfianza que ha generado la expropiación de las acciones de Repsol en la petrolera, la Casa Rosada asegura que no faltan candidatos.

El ministro de Planificación, Julio de Vido, deslizó el martes por la noche que la compañía china Petrochemical Corp, invertiría 10.000 millones de dólares en la «nueva YPF» donde el estado argentino –para todos los efectos, el Gobierno- pasa a ser el principal accionista y quien impone las reglas de juego. Según el diario ‘Crónica’, el grupo asiático Sinopec, propietario de la citada empresa petrolera, mantuvo antes negociaciones con Repsol para comprarle su participación en YPF. Citando a una fuente cercana a Sinopec, el matutino argentino que se especializa en temas económicos, señala que el grupo chino estuvo a punto de cerrar un acuerdo «no vinculante» para comprar YPF en poco más de 15.000 millones de dólares. La súbita intervención de Cristina Kirchner en escenario, habría dejado truncada la operación.

Aparte de su audacia, los inversores chinos disponen de un importante caudal de dinero para invertir en los recursos naturales de otros países. La intención de Julio De Vido es tentarlos a que lo hagan en Vaca Muerta, uno de los yacimientos de hidrocarburos más grandes del planeta, según el Departamento de Estado norteamericano. Se trata de una veta prácticamente inexplorada, cuya explotación permitiría a Argentina no sólo autoabastecerse sino vender excedentes a los países vecinos.

El grupo Sinopec ya tiene operaciones en Argentina, principalmente en la provincia sureña de Santa Cruz. Pese a pasar desapercibido por su hermetismo ante la prensa, Sinopec aporta el 6,6% de la oferta nacional de crudo y el 1,7% de la oferta de gas.

El único escollo que habría que salvar para que el gigante asiático aumente su participación en el mercado local de los hidrocarburos son las garantías jurídicas que pide para no correr la misma suerte que Repsol.

Brasil, sin miedo

Mientras se barajan los posibles candidatos al lugar que quedó vacante con la salida forzada de Antonio Brufau, el Gobierno se puso en campaña para aplacar el miedo de los países del vecindario, ante la capacidad que demuestra Buenos Aires para echarse a las espaldas el aluvión de advertencias, quejas y críticas que recibe del extranjero.

Por su reputada vocación de dialogador, Cristina Kirchner delegó en el ministro de Planificación, Julio De Vido, la misión de convencer a María Das Gracas Foster, presidenta de Petrobrás, de las buenas intenciones de la Casa Rosada.

La propia titular de la empresa brasileña reveló que el encuentro tendrá lugar el viernes próximo, en Río de Janeiro. La ejecutiva anticipó a la prensa de su país, que pedirá explicaciones a su huésped por la decisión del gobernador de la provincia de Neuquén de retirarle a Petrobrás la concesión del yacimiento conocido como Veta Escondida. «Fuimos tomados por sorpresa. Nosotros habíamos cumplido con el plan de exploraciones de 2010 y anunciamos que abriríamos otros seis pozos en el segundo semestre de este año«, señaló Das Gracas Foster. En el mismo hilo de reflexión, la jefa de Petrobrás consideró que el resultado de la reunión que tiene prevista con De Vido, dependerá en gran medida de la voluntad del Gobierno argentino para deshacer ese entuerto.

En el mismo contexto, el canciller brasileño Antonio Patriota, dijo este martes al Senado de su país que no se vislumbran nuevos inconvenientes para las inversiones de la petrolera estatal en suelo argentino. «No creo que haya problemas. No tengo miedo y considero que seguiremos trabajando con normalidad», expresó Patriota. El jefe de la diplomacia brasileña explicó que no puede opinar sobre la nacionalización de YPF «por tratarse de un acto de soberanía».

La trompa populista de Kirchner

La trompa populista de Kirchner

CKF

Por Alvaro Vargas Llosa

El Mundo.es

¿Cuándo baja la trompa un elefante que la tenía erguida? Por lo general, cuando se rinde o se somete. En cambio, la eleva cuando desafía o amenaza.

Pues bien: el modelo de Kirchner, que es el viejo modelo peronista de manual, se ha rendido. Ha sido derrotado otra vez, como ha sucedido invariablemente desde los tiempos de Perón, por la realidad, esa hija de puta. La expropiación de YPF, la filial de Repsol, no es otra cosa que el síntoma cruel y humillante de esa derrota. Cuando un modelo populista fracasa, son inevitables las expropiaciones: significan me rindo, bajo la trompa. En 1987, después de dos años de populismo desenfrenado, Alan García anunció la expropiación de todos los bancos y las compañías de seguros en el Perú. Era el elefante de su modelo económico que bajaba la trompa. La única diferencia es que a García le tardó sólo dos años bajar la trompa y al peronismo de Kirchner le ha tardado un poco más, sencillamente porque los precios internacionales de los bienes primarios, verdadero Viagra de los mamíferos placentarios, se la han mantenido erguida más de la cuenta.

Veamos. ¿En qué consiste el modelo? Básicamente en subvencionar, es decir narcotizar, el consumo de distintos sectores urbanos y beneficiar a determinadas empresas cercanas al Estado. Por eso los Kirchner controlaron los precios del transporte y la energía, por ejemplo, y entronizaron o hundieron a empresarios amigos y enemigos según el caso.

¿Y cómo se financia esto? En tiempos de altos precios internacionales para las materias primas, de dos formas: con el dinero que viene de esta fuente y con el que se exprime a los sectores productivos, que en el caso argentino es esencialmente la agroindustria. Pero se consume tanto y se gasta tanto, que en un momento dado no bastan estas dos fuentes. ¿Qué se hace entonces? Lo que hizo Kirchner en 2008: exprimir todavía más a los productivos, elevando los impuestos al campo. ¿Y cuando esto tampoco basta? Se nacionalizan las pensiones, como hizo Kirchner en 2008. ¿Y cuándo hace falta más? Se echa mano de las reservas del Banco Central. ¿Y si esto tampoco es suficiente? Se agita la bandera de Las Malvinas… y se expropia las principales empresas. He allí la razón, la verdadera razón, de la expropiación de YPF. Mientras tanto, se persigue a la prensa, se intimida a la oposición y se hace lo que haya que hacer para que nadie instale un pedacito de verdad en la conciencia del respetable. Narcotizar a la opinión pública para que no se dé cuenta de que su consumo está también narcotizado.

A nadie debe extrañar que Argentina haya pasado a ser, después de 17 años, importador neto de energía a pesar de tener lo que, a partir del descubrimiento del yacimiento de Vaca Muerta, se calcula que pueden ser las terceras mayores reservas de gas no convencional del mundo. En todos estos años, al controlar los precios y alimentar el consumo artificialmente el gobierno populista logró dos cosas en materia energética: que se consumiera mucho más (el consumo de petróleo aumentó más de 38% desde 2003 hasta 2010 y el de gas más de 25%) y que las empresas que tenían que vender el gas en el país vieran sus márgenes de ganancia muy reducidos: debían hacerlo a la mitad del precio que se pagaba en Estados Unidos y a la quinta o sexta parte del precio que imperaba en el resto del mundo. Por tanto, todas las empresas ?no sólo YPF? produjeron menos de lo que habrían producido sin estos impedimentos (la producción de petróleo cayó más de 12% y la de gas más de 2%). Y por eso también invirtieron menos de lo que habrían invertido. Pero aun así invirtieron. Si no, no se habría descubierto el yacimiento de Vaca Muerta, hallazgo que no fue obra del gobierno sino, jodida ironía, nada menos que de YPF.

La trompa populista, pues, ha caído estrepitosamente rendida. De allí que el gobierno haya declarado la guerra, ahora, a la misma empresa a la que hace apenas un año la Presidenta elogiaba en términos ditirámbicos y a la que apreciaba tanto que en 2007 el gobierno había ayudado a una familia amiga, los Eskenazi, a entrar en ella.

Aquí, claro, no se acaba el problema: se agrava mucho más. Sólo en los últimos cuatro años han fugado del país, verdadera estampida de quienes veían venir esto, 75.000 millones de dólares (en un país que hoy sólo tiene 47.000 millones de dólares de reservas porque se las gasta tratando de tapar agujeros). Los controles para evitar la salida de dólares alcanzan ya niveles de Estado policial. Como YPF no podrá producir lo que el gobierno quiere que produzca, habrá más chivos expiatorios nacionales y extranjeros (dos, tres, cien Malvinas, que diría el Che), y más expropiaciones (dos, tres, cien YPF). Ya no hay cómo endeudarse en el extranjero porque la decisión arbitraria de Kirchner, hace unos años, de infligir a los acreedores una quita de tres cuartas partes de lo que les debía el gobierno ha provocado un escenario de semi cuarentena crediticia. Por tanto sólo queda seguir expropiando. La rendición total y absoluta del modelo.

La pregunta no es por qué se le ha caído la trompa al populismo argentino, como se les cayó a todos los populismos latinoamericanos del siglo XX, desde la Revolución mexicana hasta Hugo Chávez. La pregunta es ¿por qué hay tontos que insisten en hacer negocios donde es obvio que tarde o temprano les van a dar la trompada del siglo?

El modelo argentino

El modelo argentino

¿Por qué no expulsar a un país que roba, como Argentina, del G-20?

La presidenta argentina Cristina Kirchner sintió la necesidad de explicar el lunes que «Soy una jefe de estado, no una patotera (matona)». Esta nunca es una buena señal si proviene de un político.

Por supuesto, ella trataba de defender su decisión de nacionalizar a la petrolera YPF al expropiar 51% de las acciones que pertenecen a la española Repsol, el accionista mayoritario de la empresa, un acto que el mundo civilizado está calificando de «robo». Sólo Hugo Chávez aplaudió.

En la Latinoamérica de hoy en día, Brasil es un poder económico creciente, México ha desarrollado una clase media y Colombia, Chile y Perú se han unido a la economía mundial. Luego viene Argentina, la cual parece tener la intención de cumplir con todos los estereotipos económicos y políticos que han hecho a esa tierra bendecida mucho más pobre de lo que debería ser.

Agence France-Presse/Getty ImagesCristina Fernandez de Kirchner

La expropiación sacudió a España, la cual ya está lidiando un alto nivel de desempleo y una crisis de deuda. La decisión tampoco tiene sentido para Argentina, dada la necesidad que tiene de obtener capital extranjero para explotar lo que se cree que son vastas reservas de crudo y gas. El nivel de riesgo político del país se ha disparado a niveles similares a los de Caracas.

Pero si la historia nos sirve de guía, a Kirchner no le importa. Ella está tratando de salvar su presidencia en momentos en que el modelo económico que heredó de su esposo, el difunto presidente Néstor Kirchner, se le está acabando el impulso.

Kirchner asumió la presidencia en 2003 después del colapso de la ley de convertibilidad que ligó al peso al dólar en una proporción de uno a uno. Para impulsar la recuperación, él impuso controles de precios, confiscó propiedades, infringió contratos, no pagó sus deudas y ahuyentó a los inversionistas extranjeros. Después de una profunda contracción económica, Argentina disfrutó de una robusta recuperación.

El crecimiento partió desde una base baja y fue alimentado por un peso débil y un creciente proteccionismo diseñado para generar demanda interna. Pero después de las penurias de la recesión, los argentinos aclamaron a su presidente intervencionista. Los préstamos a bajas tasas de interés de la Reserva Federal de Estados Unidos también ayudaron a crear un auge en los presiones de los commodities que representan una importante porción del PIB argentino.

Ahora, el colapso parece inevitable. La economía se está desacelerando y las reservas internaciones se están acabando. Al robar a Repsol, Kirchner está apelando a los sentimientos nacionalistas a la vez que obtiene el control político de las reservas de crudo y una potencial máquina de patronaje. Pero esto también alienta una mayor fuga de capitales, la cual no ha podido ser frenada con rígidos controles o con perros entrenados en los barcos que cruzan el Rio de la Plata hacia Uruguay. Después de generaciones de peronismo, el pueblo argentino sabe cómo esconder su efectivo en el extranjero.

La Unión Europea denunció la nacionalización y Repsol dijo que luchará contra ella. Pero Kirchner no es alguien que reconozca las cortes internacionales. Una mejor forma de enviar un mensaje a Buenos Aires sería que los países civilizados del mundo expulsen a Argentina del G-20. Cuando su presidenta quiera comportarse como una verdadera jefe de estado y no como una matona, el país puede ser invitado de nuevo al club de países serios.

 

Kirchner muestra su estilo con YPF

Kirchner muestra su estilo con YPF

Luis Secco
Kirchner-cristina-mano.jpg

Cristina Fernández de Kirchner, presidenta de Argentina.

El anuncio del envío al Parlamento argentino de un proyecto de ley que prevé la estatalización del 51% del capital social de YPF S. A. puede ser analizado desde diversas ópticas. Pero, teniendo en cuenta las restricciones de espacio y de tiempo, no queremos discutir tales cuestiones sin antes puntualizar lo que no puede dejarse de lado en el análisis de esta noticia:

1) Recuperar la administración de la energía (sinónimo de YPF en Argentina) apela a la percepción de soberanía nacional que tiene una fracción mayoritaria de la opinión pública y del electorado oficialista. En un contexto de fuerte caída de su aprobación como presidenta (pasó del 70 a al 55% en dos meses), un tema tan caro a los sentimientos argentinos como lo es su empresa más emblemática sirve para reencauzar el apoyo popular en uno de los peores momentos de Cristina Fernández de Kirchner desde que resultó reelegida. El anuncio persigue desviar la atención de la ciudadanía, centrada por estos días en la desaceleración del crecimiento económico y en las denuncias de corrupción que penden sobre el vicepresidente Amado Boudou.

2) El Gobierno sabe que la economía se está desacelerando y, aparte, que la energía es un problema (Argentina pasó de un superávit comercial energético de 4.000 millones de dólares a un déficit de 3.000 millones en los últimos 3 años). YPF es la empresa más grande de Argentina (es la que más factura, la que paga más impuestos, la que mayor empleo -directo e indirecto- genera, y es la marca más admirada y prestigiosa del país). Y además gana dinero. Por ello es vista por el Ejecutivo como un instrumento de política (no sólo económica) muy poderoso.

3) Pero la renacionalización conducirá a una menor inversión, a elevar algo la salida de capitales y, por ende, a mayores presiones sobre el tipo de cambio y los precios. Por otro lado, habrá que pagar las acciones… ¿Cómo? ¿Con fondos de la Administración Nacional de la Seguridad Social o con reservas del Banco Central de la República Argentina? Porque ni el Tesoro nacional ni las provincias tienen fondos para hacerlo. Con estas consecuencias a la vista, lo más probable es que las autoridades argentinas sigan avanzando en esta dirección hacia un mayor populismo.

4) De lo anterior se desprende una conclusión central. Los anuncios del lunes enterraron un escenario hasta ahora posible (aunque a mi juicio poco probable): el escenario de cambio a tiempo de la política económica. La estatalización del 51% de YPF marca un punto de no retorno en la apuesta del Gobierno argentino por el modelo tal como lo conocemos.

5) Ahora bien, el Ejecutivo de Kirchner puede permitirse estos lujos porque tiene todo el poder, pero también porque no hay opositores. Si no hay debate, si la clase dirigente no muestra una agenda con ideas y discusión, si no aparece ningún tipo de contrapeso a la voluntad del Gobierno, no habrá capacidad de evitar más arrebatos populistas. El único escollo parece estar en la dinámica económica. En la segunda mitad de este año, cuando se termine de vender la cosecha agrícola, quizás ya la mayoría de los argentinos perciba los efectos de un modelo que cada vez tiene menos margen de maniobra: mayor inflación, menos importaciones, congestión creciente en los servicios públicos y en la infraestructura básica. Tal vez entonces aparezca la oposición.

6) La decisión de expropiar las acciones de Repsol no puede llegar en peor momento desde el punto de vista de la relaciones internacionales. Con España (y Europa) intentando salir de una crisis sin precedentes, y justo cuando las posibilidades de interacción entre empresas europeas y argentinas (latinoamericanas, en general) lucen más atractivas que nunca. Hoy, grandes empresas europeas y otras más pequeñas están analizando cómo diversificarse geográficamente, empezando por analizar el mercado latinoamericano. Obviamente, es de esperar que Argentina se quede fuera de estos flujos de inversiones.

Un hecho histórico

En síntesis, estamos frente a un hecho histórico de una magnitud solo comparable a la nacionalización de los ferrocarriles o la ley de alquileres del Gobierno de Juan Domingo Perón, las privatizaciones de los años 90 (entre las cuales YPF resultó la más emblemática), o la reestatalización y eliminación del régimen de pensiones de capitalización privada de fines de 2008. La diferencia es que ahora, como con la nacionalización de los ferrocarriles de Perón, se afectan intereses no sólo argentinos o nacionales. Está en juego la relación con el país de origen de las mayores inversiones extranjeras en Argentina y en la región.

Pero ¿puede haber una amenaza creíble proveniente de la comunidad internacional (a partir de las represalias que impulsaría el Ejecutivo español) cuando Argentina sigue con problemas de financiación en los mercados, no respeta los estatutos del FMI y hace caso omiso a los fallos del CIADI (Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones, perteneciente al Banco Mundial)? Las consecuencias las veremos en el corto y en el largo plazo. En perspectiva histórica, seguramente habrá un antes y un después de los anuncios de esta primavera que apenas comienza.

Luis Secco, economista.

Argentina anuncia también la expropiación de YPF Gas a Repsol

Argentina anuncia también la expropiación de YPF Gas a Repsol

Efe
Repsol-cielo.JPG
ÚLTIMA HORA
Reloj

Esta noticia acaba de llegar a la redacción y la estamos ampliando. Actualiza en unos minutos la página para ver los cambios.

La expropiación de la petrolera YPF a la española Repsol alcanzará también a la empresa YPF Gas S.A, según ha anunciado hoy el senador oficialista Aníbal Fernández.

Fernández dijo que, al igual que la petrolera, YPF Gas será declarada de utilidad pública y sujeta a expropiación en el proyecto de ley que tramita el Congreso argentino.

Metrogas distribuye gas a unos 2,2 millones de clientes, la mayoría en la Ciudad de Buenos Aires. El 70% del capital de Metrogas está en manos de la empresa Gas Argentino, en la cual YPF tiene una participación de un 45%.

Gas Natural BAN, participada en un 50,4% por Gas Natural Fenosa, fue la primera distribuidora del grupo que operó fuera de España. La filial argentina desarrolla su actividad en el norte y el oeste de la provincia de Buenos Aires. Repsol tiene un 30% de las acciones de esta compañía.

El senador Fernández ha informado de que está a la espera de que el Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner remita al Congreso el proyecto de ley incorporando la nueva expropiación para firmar el dictamen de mayoría y garantizar su debate en el pleno del Senado la próxima semana.

Dos comisiones del Senado argentino han aprobado este miércoles el dictamen que da luz verde al Gobierno para expropiar el 51% de la petrolera YPF, gracias al contundente apoyo de los partidos de la coalición gobernante. Se espera que el próximo miércoles sea debatido en el pleno del Senado para que después sea enviado a la Cámara de Diputados, donde el ‘kirchnerismo’ cuenta con una amplia mayoría.

Argentina: Dos enfoques sobre la cultura kirchnerista

Argentina: Dos enfoques sobre la cultura kirchnerista – por Nicolás Márquez

“No vamos a pagar la deuda a costa del hambre del pueblo” (Néstor Kirchner, mayo 2003); “Hemos depositado los fondos en la Reserva Federal de los Estados Unidos” (Néstor Kirchner, en la Conferencia Cumbre de las Américas en Monterrey, enero 2004); “Hoy podemos decir que le pagaremos al FMI toda la deuda antes de que termine el año” (Néstor Kirchner, octubre 2005); “El dinero estaba guardado en un placard. No tengo caja fuerte, por eso lo dejé ahí” (Felisa Miceli, Julio 2007); “El tren bala funcionará en tres años y no es sólo una obra pública con altísima tecnología, sino que estamos dando un salto importante hacia una Argentina distinta” (Cristina Kirchner, enero del 2008); “Eskenazi es un patriota y además es inteligente” (Cristina Kirchner, octubre 2008); “Como en las peores etapas del 55 y del 76 salen como comandos civiles y grupos de tareas, para agredir a los que no piensan como ellos, en forma vergonzosa” (Néstor Kirchner, en alusión a los a los campesinos durante la crisis por las retenciones de la resolución 125, julio 2008); “La inseguridad es una sensación” (Aníbal Fernández, febrero 2009); “Antonini Wilson jamás estuvo en la Casa Rosada” (Aníbal Fernández septiembre del 2009); “Néstor Kirchner no se enriqueció ilícitamente” (Juez Norberto Oyarbide, 20 diciembre 2009); “La carne de cerdo mejora la actividad sexual; mejor que el Viagra” (Cristina Kirchner, enero 2010); “No hay inflación sino un reacomodamiento de precios” (Amado Boudou, febrero 2010); “No sé ni lo que es un troquel de medicamentos” (Hugo Moyano, noviembre 2010); “La inflación es algo que sólo afecta a la clase media y la clase media alta” (Amado Boudou, noviembre 2010); “La Argentina es uno de los países más seguros de la región” (Héctor Timermann, marzo 2011); “En nuestra gestión hicimos 800 mil viviendas, el Estado recuperó ese rol indelegable” (Cristina Kirchner, junio 2011); “No le robé un mango a nadie con la construcción de viviendas” (Sergio Shocklender, septiembre 2011); “Los hijos de la señora de Noble provenían de la apropiación de los nietos nuestros” (Estela Carlotto, julio 2011); “La inflación del 2011 fue del 9,5 (informe anual del INDEC); “Emitir billetes no genera inflación” (Mercedes Marcó del Pont marzo, 2012); “No conozco a Vanderbruole” (Amado Boudou, abril 2012)

Este brevísimo e incompleto cúmulo de célebres pensamientos y aforismos textualmente transcriptos de los mas altos referentes de la cultura kirchnerista merece dos interpretaciones posibles acerca de la naturaleza de este singular movimiento político y gubernamental.

Una es la que ofrece Página 12 y los medios oficiales, la cual nos dice que  el kirchnerismo es una corriente de pensadores y dirigentes comprometidos tenazmente con una causa filosófica y política que, la cual más allá de eventuales imperfecciones, defiende con honestidad intelectual, coherencia y perseverancia una redentora causa nacional y popular.

Un enfoque alternativo podría decirnos que en rigor de verdad, el kirchnerismo no es más que una verdadera pandilla de protervos. Es decir, una ominosa recua integrada mayormente por caraduras y saqueadores que se enriquecen a cuatro manos lucrando con el Estado en el marco de negociados espurios y que encima nos toman por idiotas al mentirnos sin sutileza alguna con llamativa desvergüenza.

¿A Usted cual de ambos enfoque le resulta más convincente?.

Fuente: La Prensa Popular (Argentina)

Escuche la edicion de esta semana de “Contracorriente”, el programa de Radio de Nicolas Marquez y la Prensa Popular en Radio Nova Internacional aqui:

 

Bayly cree que la expropiación de YPF es un ‘error’ que conllevará pobreza

Bayly cree que la expropiación de YPF es un ‘error’ que conllevará pobreza

EFE

Madrid — – El escritor y presentador peruano Jaime Bayly consideró hoy un “error” la expropiación de la petrolera YPF, controlada por la española Repsol, y pronosticó que la medida tomada por la presidenta Cristina Fernández se va a traducir en más pobreza para Argentina.

Bayly, que presentó hoy en Madrid la trilogía “Morirás mañana”, consideró en una entrevista con Efe que la expropiación de la petrolera “lejos” de proporcionar beneficios a los argentinos va a “empobrecerlos y a aislar todavía más a Argentina de la modernidad”.

En opinión del escritor, muy conocido también por su faceta de presentador de televisión, a los argentinos “les conviene entender que la creación de riqueza y la generación de empleos es una tarea que hace mejor la iniciativa privada”.

Se trata, dijo el novelista, de una medida “demagógica” que no solo va a ahuyentar las inversiones españolas, sino a alejar todas las demás. “Esta medida va a provocar grandes perjuicios a la economía argentina”, apostilló.

Bayly se pronunció también sobre otros temas de la actualidad como la polémica suscitada a raíz del viaje del rey Juan Carlos I a Botsuana.

El monarca abandonó hoy el hospital donde fue operado el pasado sábado de una fractura en la cadera por una caída accidental que sufrió durante una visita privada a Botsuana, país en el que se encontraba para practicar la caza mayor.

“El rey no ha hecho nada ilegal, sin embargo, yo creo que ha ofendido la sensibilidad de muchos españoles”, dijo Bayly, que consideró que el monarca ha “hecho bien” en pedir disculpas hoy públicamente por su viaje a Botsuana al recibir el alta en el hospital donde se ha recuperado.

“Los elefantes son animales muy bonitos, no encuentro por qué alguien encontraría placer en matar a un elefante”, reflexionó Bayly, quien considera “una crueldad matar a un animal indefenso”.

“Creo que el rey está obligado a tener conducta ejemplar, dado que vive presupuestariamente de los españoles” y lo que ha hecho, en opinión del escritor, es “una cosa torpe, fea”.

Integrada por “El escritor sale a matar”, “El misterio de Alma Rossi” y “Escupirán sobre mi tumba”, “Morirás mañana” aparece ahora en España en un solo volumen mientras en América Latina fue publicada en entregas.

 

Argentina podría darse tiro en el pie con expropiación petrolera

Argentina podría darse tiro en el pie con expropiación petrolera

Un anuncio político hace referencia a la expropiación de la compañía YPF en Buenos Aires, Argentina, el martes. Natacha Pisarenko / AP

Rodrigo Orihuela/

Bloomberg

Buenos Aires — La expropiación de YPF SA por parte de Argentina amenaza con alejar aún más al país de su objetivo de autosuficiencia energética, a la vez que los inversionistas sopesan el mayor riesgo de expropiación en la segunda economía más importante de Sudamérica.

La presidenta Cristina Fernández de Kirchner nombró al ministro de Planificación, Julio De Vido, para encabezar la compañía petrolera con efecto inmediato y está enviando un proyecto de ley al Congreso para expropiar una participación del 51 por ciento, después de que las importaciones de petróleo se duplicaron. Argentina, que quiere producir suficiente crudo para satisfacer el consumo, corre el riesgo de tornarse “inviable” como país por el aumento de las importaciones, afirmó Fernández el lunes.

La expropiación de la participación de Repsol YPF SA, con sede en Madrid, se produce después de más de dos meses de presión del gobierno sobre YPF por la caída de la producción. El país podría duplicar la producción en el lapso de 10 años después del descubrimiento de pozos de petróleo shale en el sur, cuyo desarrollo demandará $25,000 millones anuales y para lo cual YFP tendrá que buscar socios para compartir los costos.

“No veo ninguna ventaja, especialmente porque esto sucedió en un momento en el que había un creciente interés en el potencial de recursos no convencionales”, afirmó ayer Daniel Kerner, analista en la firma de investigación de riesgo político Eurasia Group, en una entrevista telefónica. “Va a ser muy difícil atraer inversión porque no sólo se cambiaron las reglas de juego sino que se expropiaron los activos de la compañía principal”.

El máximo responsable ejecutivo de Repsol, Antonio Brufau, declaró que la Argentina apuntaba a apoderarse de YPF a precio de saldo. La expropiación es una manera de tapar la crisis social y económica que está sufriendo Argentina, aseguró en una conferencia de prensa en Madrid el martes.

“Si Argentina piensa que sus recursos no van a caer, se equivoca”, les dijo Brufau a los periodistas. “Caerán”.

Las reservas petroleras del país cayeron aproximadamente 18 por ciento entre 1998 y el 2010, según el Instituto Argentino de Petróleo y Gas. Los topes a los precios de las exportaciones de petróleo también hicieron que las inversiones resultaran menos atractivas.

Repsol es responsable de alrededor del 54 por ciento de la caída de las reservas y la producción del país desde que compró YPF en 1998, según una copia del proyecto de ley. La compañía tuvo una “actitud predatoria” hacia la Argentina que justificó la expropiación, según el texto.

“Es muy difícil revertir la situación cuando el problema viene sucediendo desde hace años”, afirmó Adrián Mayoral, analista y operador en la firma Mayoral Bursátil, con sede en Buenos Aires, en una entrevista telefónica el lunes desde la capital argentina. “El gobierno no tiene $20,000 millones al año que pueda dedicar a la exploración y a la producción”.

Repsol declaró que la expropiación es “claramente” ilegal y que podría solicitar protección bajo la ley estadounidense e internacional.

El costo de asegurarse contra un impago argentino subió 42 puntos básicos a 952 ayer, el mayor salto en el mundo, según datos proporcionados por CMA, después de que Fernández anunció que el gobierno tomaría control de YPF.

Las permutas de riesgo crediticio de Repsol YPF subieron 79 puntos básicos a 391 puntos, según revelan datos compilados por Bloomberg.

YPF perdió ocho potenciales inversores en los mayores depósitos de shale en Sudamérica después de que las medidas del gobierno hicieron que las inversiones petroleras resultaran menos atractivas, dijo una persona familiarizada con las conversaciones en febrero. Empresas de Estados Unidos, Canadá y Europa abandonaron las negociaciones después de que el gobierno retiró los incentivos financieros para los productores y obligó a las empresas a repatriar los ingresos por exportaciones, según la fuente.

La compañía dijo a comienzos de este mes que la formación Vaca Muerta de 30,000 kilómetros cuadrados en el sur de Argentina alberga por lo menos 23,000 millones de barriles de petróleo, según una auditoría externa que supervisó unos 8,000 kilómetros cuadrados del área. YPF tiene aproximadamente 13,000 barriles en esa zona, informó la compañía. Desarrollar los 23,000 millones de barriles costará aproximadamente $25,000 millones por año durante diez años, dijo la compañía.

“Atraer el capital internacional a Argentina como una fuente de financiamiento de los enormes recursos económicos que este proyecto demandará en los próximos años es una condición fundamental para un proyecto de semejante magnitud”, señaló YPF la semana pasada.

El auge de producción de gas y petróleo de pizarras en los últimos años colocó a Estados Unidos lo más cerca que estuvo en casi dos décadas de alcanzar la autosuficiencia energética.

“Argentina se está disparando a sí misma en el pie con una acción tan agresiva”, afirmó ayer Jason Kenney, analista de Banco Santander SA, en Edimburgo, en una entrevista telefónica.

La expropiación es “una decisión hostil contra Repsol y, por lo tanto, contra España y el gobierno español, y el gobierno actuará en consecuencia”, declaró ayer a los periodistas el ministro de Industria español, José Manuel Soria, en Madrid, agregando que el país está elaborando “medidas claras y decisivas”.

“La interrogante en lo que concierne a los inversionistas de Repsol es qué precio el gobierno podría pagar por la participación”, comentó Neill Morton, analista de la industria petrolera en Berenberg Bank, en Londres, en una entrevista telefónica. “Lo que asusta a los inversionistas de Repsol es la idea de que el gobierno no tiene el dinero, de manera que les van a hacer una oferta muy baja”.

 

Obama y América Latina debatirán la legalización de las drogas

VI CUMBRE DE LAS AMÉRICAS

Obama y América Latina debatirán la legalización de las drogas

La Cumbre de las Américas tendrá lugar este fin de semana en Cartagena de Indias

Se debatirá también el aislamiento de Cuba y el incremento del comercio en el continente

Washington
Un partidario de Obama se prepara para su visita a Colombia. / LUIS ACOSTA (AFP)

Barack Obama se sumará al resto de los líderes de América para discutir, por primera vez en una cumbre, nuevos métodos de combatir el tráfico de drogas, incluido el de su despenalización, con el fin de atajar el mayor problema de la región en estos momentos: la violencia endémica que estrangula el crecimiento económico, dificulta el progreso social y condiciona el desarrollo democrático. Este asunto, junto al aislamiento de Cuba y el incremento del comercio en el continente, centrará la reunión de 33 presidentes que este fin de semana se celebra en la ciudad colombiana de Cartagena de Indias.

Colombia es el marco perfecto para entender el daño que el narcotráfico puede llegar a causar en un país, pero también es un ejemplo de que es posible salir de ese desastre con la combinación adecuada de firmeza institucional y unidad nacional. Hoy Colombia ha dejado de ser el centro mundial de producción de cocaína, pero el fenómeno se ha extendido a otros países y, en mayor o menor medida, es la principal causa de crimen y corrupción en México, Centroamérica, Brasil, Venezuela y otros países del área.

Durante décadas, este problema ha sido abordado con un discurso maniqueo en el que los países productores acusaban a Estados Unidos, el principal consumidor, de excesiva tolerancia en la venta del producto, mientras que Washington ponía todo el acento en la necesidad de represión en los puntos de origen del comercio ilegal. “Estamos como en un bicicleta estática, siempre en el mismo lugar”, ha comentado el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, horas antes de recibir a sus invitados. “Necesitamos coger el toro por los cuernos y empezar un debate para ver si somos capaces de encontrar un alternativa”.

El presidente Obama no apoya la despenalización, pero cree que es un debate legítimo”

Dan Restrepo, asesor Obama para asuntos latinoamericanos

Santos, respaldado por otros presidentes latinoamericanos, es el promotor de que ese asunto sea tratado por fin al más alto nivel: en la Cumbre de las Américas. Para el Gobierno de EE UU, que se opone rotundamente a la legalización de las drogas, resulta algo complicado hablar de eso en un foro de esta trascendencia, pero ha aceptado hacerlo porque entiende, igualmente, que la amenaza del narcotráfico, que es ya un seria preocupación fronteriza, empieza a convertirse en una amenaza para su seguridad nacional.

“El presidente Obama no apoya la despenalización, pero cree que es un debate legítimo”, afirma Dan Restrepo, principal asesor de la Casa Blanca para asuntos latinoamericanos. “No existe una receta mágica en este problema, pero entendemos que esta es una buena oportunidad de discutir colectivamente sobre estos desafíos”.

No cabe esperarse acuerdos aparatosos en esta materia, pero los expertos destacan que el hecho de que se aborde desde nuevas perspectivas abre una oportunidad para su solución. La marihuana, que ya es legal para usos médicos en varios Estados norteamericanos, representa alrededor de una cuarta parte de los ingresos de las mafias. Este debate puede servir también para que EE UU se acerque a América Latina en un problema que, tradicionalmente, ha sido fuente de enfrentamiento.

Estamos como en un bicicleta estática, siempre en el mismo lugar”

Presidente colombiano, Juan Manuel Santos

El incremento de la colaboración continental es el principal objetivo de Obama en esta cumbre. Desde la última reunión, celebrada en 2009 en Trinidad y Tobago, la Administración norteamericana ha prestado escasa atención a sus vecinos, quienes, a su vez, han buscado en otras latitudes alternativas con los que diversificar sus relaciones. China es actualmente el principal socio comercial de Brasil, Chile y Perú, y es segundo, a muy corta distancia de EE UU, de Argentina y Colombia.

Washington se ve obligado a reaccionar para no perder aún más terreno en una región con la que ha tenido múltiples conflictos en el pasado pero que hoy crece económicamente de forma acelerada y se ha convertido en un atractivo polo de negocios y de inversiones. “No queremos hablar del siglo XX sino del siglo XXI. Nuestro interés en América Latina es tanto el de promover la seguridad y la democracia en el hemisferio, como ayudar al crecimiento económico aquí, en casa”, asegura el viceconsejero nacional de Seguridad Ben Rhodes.

Antes de llegar este viernes a Cartagena, donde Obama se convertirá en el primer presidente norteamericano que duerma en suelo colombiano, el presidente hará una escala en Florida, precisamente para resaltar, en un Estado de fuerte presencia hispana, la importancia que representa actualmente América Latina para aumentar las exportaciones y crear puestos de trabajo. Florida es también un decisivo territorio electoral y el lugar que alberga a la principal comunidad cubana en el exilio.

Obama ha sido muy firme antes de esta Cumbre en que no se sentaría en la misma mesa de Raúl Castro. Santos se vio obligado a elegir entre Obama y Castro, y hace pocas semanas viajó a La Habana para comunicar al presidente cubano que no sería bienvenido a Colombia. Sí tiene previsto estar, si su enfermedad no lo impide, el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, quien quizá quiera aprovechar la ocasión para recuperar el protagonismo que está perdiendo. Chávez no vive los momentos de gloria personal de años pasados, pero sigue teniendo aliados y voluntad suficientes como para complicarle la estancia a Obama y crearle dificultades imprevistas en su campaña electoral.

España moviliza a sus socios y aliados para frenar la expropiación de YPF

España moviliza a sus socios y aliados para frenar la expropiación de YPF

Madrid busca el respaldo de EE UU, la UE, el G-20 y los países iberoamericanos ante Buenos Aires

El Gobierno de Rajoy amaga con medidas de represalia

El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, durante la rueda de prensa de este viernes. / ÁNGEL DÍAZ (EFE)

El Gobierno español elevó este viernes el tono de su enfrentamiento con el Ejecutivo de Cristina Fernández ante la amenaza de una inminente expropiación de la participación de Repsol en la petrolera argentina YPF. Si el jueves el ministro de Industria, José Manuel Soria, declaró que los “gestos de hostilidad [hacia la compañía española], traerán consecuencias”, el viernes su colega de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, fue más lejos. “Cualquier agresión, violando el principio de seguridad jurídica, a Repsol será considerado una agresión por parte del Gobierno español, que tomará las acciones que considere oportunas y pedirá el apoyo que considere necesario a sus socios y aliados”, dijo el ministro, tras reunirse con el embajador argentino en España, Carlo Antonio Bettini, a quien convocó a la sede de su ministerio para trasladarle la preocupación de las autoridades españolas y pedirle aclaraciones sobre los planes de su país respecto a la petrolera española.

Tras el Consejo de Ministros, la vicepresidenta Soraya Saénz de Santamaría contribuyó a escenificar la gravedad de la crisis al advertir, con tono solemne, que “la obligación del Gobierno es defender, con todos los instrumentos a su alcance, los intereses generales de España”.

Ni Margallo ni Saénz de Santamaría quisieron detallar las posibles represalias

Ni Margallo ni Saénz de Santamaría quisieron detallar las posibles represalias. El primero argumentó que aún hay margen para una salida negociada y la segunda porque, según sus palabras, “las medidas no se anuncian, se adoptan. Y espero que este Gobierno no tenga que adoptarlas, pero si tiene que adoptarlas, lo hará”, apostilló.

De momento, el Gobierno ha iniciado una ofensiva diplomática para ganarse el apoyo de sus socios y aliados. Margallo reveló que su departamento ya ha informado sobre este contencioso a Estados Unidos —segundo inversor extranjero en Argentina tras España—, a través de su embajador en Madrid, Alan Solomont, y del Departamento de Estado; a México, que ejerce la presidencia de turno del G-20; y a Colombia, anfitrión de la Cumbre de las Américas, que se inicia este viernes en Cartagena de Indias, para que se aborde en la misma.

También se ha dirigido a la Comisión Europea, que se alineó con la posición española. “Esperamos que Argentina respete sus acuerdos internacionales en la protección de la inversión, estamos del lado de España en este asunto”, manifestó un portavoz de la Comisión, quien confirmó que su presidente, José Manuel Durao Barroso, ha trasladado a la presidenta Fernández de Kirchner su preocupación por este asunto, a través de la representación de la UE en Buenos Aires, informa desde Bruselas Lucía Abellán.

El peor daño no es el que España puede hacer a Argentina, sino que el que Argentina se hace a sí misma con esta decisión

La denuncia ante los foros internacionales de la falta de respeto a las reglas del Estado de Derecho por parte de la Administración de Fernández de Kirchner constituye, según fuentes diplomáticas, el instrumento de presión más eficaz; de ahí que las primeras gestiones se hayan dirigido hacia EE UU y el G-20, del que Argentina forma parte. En palabras del secretario de Estado para la UE, Íñigo Méndez de Vigo, Buenos Aires puede convertirse en un “apestado internacional”, ya que “romper las reglas de juego tiene un coste”.

“Una cosa es defender un sector estratégico como los hidrocarburos, incluso llegando a la nacionalización, y otra actuar contra los intereses de una empresa”, advierte un ex diplomático con largos años en Argentina.

Por lo que se conoce, el propósito de las autoridades argentinas es hacerse con la mayoría de YPF expropiando las acciones en manos de la familia argentina Eskenazi y un 27% de las de Repsol, cuya participación quedaría limitada al 30%. No se tocaría, sin embargo, el 17% en manos de fondos de inversión estadounidenses ni tampoco a las otras petroleras, pese a que adolecen de las mismas deficiencias que Buenos Aires achaca a YPF.

Medidas de retorsión

Argentina necesita invertir en los próximos años 25.000 millones de dólares en la explotación del yacimiento de Vaca Muerta, que por sí solo representa la mitad de las reservas de hidrocarburos del país, y difícilmente hallará un inversor extranjero dispuesto a arriesgarse si no existe seguridad jurídica. “El peor daño no es el que España puede hacer a Argentina, sino que el que Argentina se hace a sí misma con esta decisión”, subrayan las mismas fuentes.

Otras medidas de retorsión son más problemáticas: la denuncia del Tratado de Cooperación y Amistad (1998) o del Acuerdo de Protección Recíproca de Inversiones (1991) perjudicaría, sobre todo, a las demás empresas españolas que operan en Argentina, al margen de Repsol. La congelación de las negociaciones para un acuerdo de cooperación y libre comercio entre la UE y Mercosur apenas haría mella en Argentina, que con su política económica proteccionista es el país de la región menos entusiasta de dicho acuerdo. Lo que sí podría hacer el Gobierno es dar luz verde a una orden ministerial para proteger la producción nacional de biodiesel frente a la avalancha de importaciones de Argentina, que han pasado de 90 a 800 millones de dólares entre 2008 y 2011, aunque esta disposición, que se prepara desde hace meses, no tenga relación con el actual contencioso.

Oficialmente, el Gobierno español no tenía este viernes constancia de que el proyecto de nacionalización hubiera salido de la Casa Rosada hacia el Parlamento, pero las informaciones que llegaban de Buenos Aires eran muy pesimistas. “Se trata de una estrategia cuidadosamente planificada, que ha incluido el acoso a Repsol para forzar la pérdida de valor de la compañía, y no es fácil que [Cristina Fernández] renuncie en el último momento a culminarla”, sostienen fuentes gubernamentales.

Por eso, el Ejecutivo decidió dejar a un lado las gestiones discretas que ha realizado sin éxito desde febrero pasado —incluida una llamada del Rey a Cristina Fernández para interesarse por los rumores de nacionalización de YPF— y trasladar el contencioso a la escena pública, en un último intento por frenar lo que parece inevitable.

Tras recordar que España fue uno de los pocos países que acudió al rescate de Argentina, tras la crisis del corralito en 2001, con un préstamo de mil millones de dólares, Margallo advirtió de que la ruptura de la relación estratégica que mantienen desde hace años ambos países “no sería solo en términos económicos y ese es el peor escenario que podríamos imaginar”.

Desmitificar Malvinas

ARGENTINA

Desmitificar Malvinas

Por Eduardo Goligorsky

Desmitificar Malvinas equivale a desmontar una bomba de relojería que amenaza no sólo la convivencia de Argentina con las naciones civilizadas de Occidente, también la paz en el Cono Sur.

Explicó el historiador argentino Luis Alberto Romero (La Vanguardia, 2/4/2012): «Después de las Malvinas vendría Uruguay». Romero es uno de los 18 intelectuales (hoy son más) a quienes definí como «Los auténticos héroes de Malvinas» por su oposición a la campaña nacionalista.

La desmitificación puede empezar por la lectura en internet de La verdad sobre Malvinas. La historia de 1833, donde la compiladora Sofía Laferrère transcribe la declaración del teniente coronel de la Marina José María de Pinedo ante el tribunal que lo juzgó por haber entregado las islas a los británicos. Su testimonio es espeluznante. La tripulación de su barco se amotinó, asesinó al nuevo gobernador de las islas, saqueó sus bienes, maltrató a su flamante viuda y aterrorizó a los escasos pobladores. En medio de esa situación de anarquía llegó una goleta inglesa, cuyo capitán lo intimó a abandonar el territorio, orden que Pinedo acató, acompañado por su esperpéntica Armada Brancaleone y algunos pobladores, no todos.

Pionero del fascismo

El hecho de que la anarquía no se circunscribiera a las islas y que abarcara todo el territorio de aquella Argentina que aún se estaba fraguando contribuye a la desmitificación. Escribía el entonces gobernador de la provincia de Santa Fe, refiriéndose a la ocupación (José Luis Busaniche, Historia argentina, Solar-Hachette, Buenos Aires, 1965):

En medio de la indignación que semejante atentado ha causado al infrascripto, no se le oculta que este y otros vejámenes inferidos a la República tienen su origen en la inconstitución en que se encuentra el país y en la figura poco digna que ello representa.

Lo cierto es que, desde que el marino español Esteban Gómez descubrió las islas, en 1520, éstas fueron ocupadas también por navegantes holandeses, franceses y británicos. Fueron bautizadas con los nombres de Falklands y Malouines (por el puerto de Saint Malo), de donde derivó, tardíamente, Malvinas.

El discurso presuntamente justiciero de los nacionalistas contra la ocupación tampoco se tiene en pie. Mientras los ingleses desalojaban pacíficamente a los argentinos que se estaban matando entre ellos, o sea en el año 1833, el déspota Juan Manuel de Rosas, venerado por la derecha y la izquierda totalitarias, desarrollaba la primera campaña de exterminio contra los indios habitantes de la Patagonia, los hoy combativos mapuches, que tampoco eran muy inocentes, pues ellos habían exterminado antes a los habitantes tehuelches. Pero esta es otra historia, que culminó en 1879, cuando el general Julio A. Roca dio por terminada la segunda campaña contra los indios. Mi maestro Julio Aníbal Portas reprodujo en su descarnado Malón contra malón. La solución final del problema del indio en la Argentina (Ediciones de la Flor, Buenos Aires, 1967) lo que opinó al respecto el genial poeta y pionero del fascismo en Argentina Leopoldo Lugones:

Si el exterminio de los indios resulta provechoso para la raza blanca, ya es bueno para ésta; y si la humanidad se beneficia con su triunfo, el acto también tiene de su parte a la justicia, cuya base está en el dominio del interés colectivo sobre el parcial.

Fobia antibritánica

El irredentismo ajeno a toda racionalidad que siempre han desplegado los nacionalistas argentinos –tanto los de matriz nazi, fascista o franquista, como sus primos hermanos marxistas, castristas o peronistas montoneros, hoy reconvertidos en kirchneristas– es lo que justifica el presagio arriba citado de Luis Alberto Romero. Al enumerar los argumentos que empleaban los nacionalistas de los años 40, sistemáticamente financiados por la embajada de la Alemania nazi, para estimular la fobia antibritánica, David Rock (La Argentina autoritaria. Los nacionalistas, su historia y su influencia en la vida pública, Ariel, Buenos Aires, 1993) cita el papel de Gran Bretaña en la independencia del Uruguay, «que, según los nacionalistas, había despojado al país de una parte de su legítimo territorio»

Los nacionalistas resucitaron por entonces una cuestión prácticamente olvidada: la ocupación británica de las Islas Malvinas. En 1933, coincidentemente con la firma del tratado Roca-Runciman, se cumplía el centenario de la invasión británica del archipiélago. A principios del año siguiente, Crisol publicó toda una serie de artículos bajo el título «¡Las Malvinas son nuestras!», vinculando la cuestión con el pacto y con los problemas de las empresas ferroviarias inglesas. Hacia 1937, la recuperación de las islas se convirtió en una de las principales demandas de los grupos nacionalistas. Sin embargo, éste era sólo uno de los problemas territoriales por ellos declamados. A mediados de 1935, Crisol denunció la presencia de espías chilenos en la Patagonia, y lanzó una campaña en contra de la ocupación ilegal de territorios argentinos por la República de Bolivia. Estas campañas estaban fuertemente influidas por el efecto de demostración de los acontecimientos europeos. Hacia fines de 1935, quince mil personas asistieron a una marcha por las calles de Buenos Aires en demanda de reivindicaciones territoriales. Sus organizadores explícitamente reconocieron que tales demandas estaban inspiradas en las que por entonces estaba formulando Hitler por el control de los territorios del Saar y del país de los Sudetes.

Era lógico que estos personajes, cuyo excéntrico nacionalismo estaba trufado de ideologías totalitarias europeas, abrevaran en éstas, y no en las tradiciones autóctonas de los indios exterminados, para apuntalar sus ambiciones expansionistas, las mismas que hoy alarman al historiador Romero. Ya hemos visto que atribuían a la perfidia inglesa la pérdida de Uruguay, que se les antojaba parte integrante del territorio argentino; y la influencia del fascista francés Charles Maurras los empujó a idealizar la monarquía, que reivindicaban en su revista Sol y Luna, y a soñar con la reconquista y reunificación de los antiguos territorios coloniales del virreinato del Río de la Plata. Bajo la égida argentina, por supuesto. Y subordinados, cómo no, al imperio nazi alemán, que con este objetivo los financiaba. Juan José Sebreli, otro de los auténticos héroes de Malvinas, nos recuerda (Crítica de las ideas argentinas, Sudamericana, Buenos Aires, 2002), que uno de los cerebros de esta trama, Juan Carlos Bebe Goyeneche,

era recibido como un representante oficial del fascismo argentino en 1942 por Franco, Mussolini, Laval, Pètain, Ribbentrop, Himmler, Goebbels y también Pío XII.

Simpatías anómalas

Hay otro dato que invita a reflexionar. Las anómalas simpatías monárquicas de estos nacionalistas excéntricos se orientaban, como las de los secesionistas catalanes, hacia la Casa de Austria. Cito nuevamente a David Rock, quien cita, a su vez, entrecomilladas, las ideas básicas extraídas de Los orígenes del nacionalismo argentino, de Federico Ibarguren, historiador enrolado en este movimiento, del que era fiel intérprete:

Como Menéndez Pelayo, los nacionalistas exaltaban a los Habsburgo y al siglo XVI, denigrando simultáneamente a los Borbones y a la Ilustración dieciochesca. La Casa de Austria representaba «la fuente del honor y de la autoridad como encarnación del Estado» y sus reyes habían sido «servidores de la república (…) esclavos del deber como ministros de Dios». Los Borbones, en cambio, estaban «inspirados por el despotismo francés. [Eran] centralistas y absorbentes» y habían hecho de la religión «un asunto de Estado». De ellos procedían «las ideas extranjeras y liberales» que habían pervertido el desarrollo histórico argentino. En el siglo XVIII «la razón» había subordinado a la «vocación espiritual». «La única verdad se convirtió en una cuestión inherente al juicio de cada hombre» y de un mundo fundado en la aristocracia se transitó hacia otro basado en la razón. La regeneración nacional significaba restaurar el espíritu y las instituciones de los Habsburgo. Había que reencender el «antiguo espíritu guerrero y apostólico de la Edad Media y de los Reyes Católicos» que había conquistado y «civilizado» a las Américas.

La Edad Media ejerce una fascinación irresistible sobre todos los nacionalistas radicales. Así como en «La ofensiva reaccionaria» reproduje la invocación de Artur Mas a la fantasía de que Cataluña «doce siglos atrás pertenecía a la Marca Hispánica» (y «los catalanes tenemos un cordón umbilical que nos hace más germánicos y menos romanos»), así también Sebreli explica que los nacionalistas ultramontanos argentinos comulgaban con las ideas del ortodoxo ruso Nicolai Berdiaev, y opinaban que para salvarse del Apocalipsis contemporáneo había que volver a «una nueva Edad Media», a una renovada sabiduría cristiana cuya expresión política sería la teocracia. El presbítero Julio Menvielle, máximo divulgador del pensamiento antisemita en Argentina, escribía, en 1936: «La Edad Media es mística y guerrera como toda grandeza espiritual», y añadía en 1974:

La sociedad política medieval es un organismo (…) rebosante de salud, porque era obra de la sociedad espiritual, que con sus dones del Cielo inspiraba y creaba desde dentro el orden normal de la vida humana.

Tienen a Maradona

Estos son los mimbres con que está urdido el cañamazo de las reivindicaciones nacionalistas sobre Malvinas y sobre cualquier otro territorio que pueda excitar la imaginación de los demagogos nacionalistas. De ahí la alarma de los vecinos. Basta recordar que el 22 de diciembre de 1977 las fuerzas armadas de Argentina y Chile, dos países sometidos a dictaduras militares igualmente ominosas, estuvieron a un tris de desencadenar una guerra por una disputa de límites que se remontaba a 1888. El papa Juan Pablo II detuvo la conflagración en el último momento. Pero cuando el presidente Raúl Alfonsín convocó, en 1984, un plebiscito para aprobar el laudo de la Santa Sede, el peronismo, controlado por una fracción montonera, ordenó votar no. El obtuvo el 82% de los votos. La actual ministra de Defensa argentina fue una de las líderes de aquella fracción montonera que votó no a la paz. Mal presagio.

Que Uruguay, gobernado por un extupamaro que podría obsequiar una plétora de racionalidad y humildad a su desmadrada y ensoberbecida colega argentina, se sienta amenazado es lógico. Cuando Argentina vivía sumida en el caos, en los años 1830 y 1840, oprimida por Rosas y los caudillos degolladores, ya libraba guerras contra Uruguay, que daba asilo a millares de exiliados. Y siguió dándoselo cada vez que Argentina padecía una dictadura militar o civil, hasta que la subversión tupamara engendró su propia involución represiva. Sin embargo, entre 1943 y 1955 Uruguay fue el pulmón que permitía a los argentinos respirar exiguos aires de libertad, y allí se instalaron exiliados ilustres, desde los socialistas Alfredo L. Palacios y Américo Ghioldi hasta los tres diputados radicales arbitrariamente despojados de sus escaños: Ernesto Sanmartino, Agustín Rodríguez Araya y Atilio Cattáneo, hoy injustamente olvidados por sus correligionarios. La tentación de congraciarse con el peronismo es demasiado fuerte, y los nombres de esos tres legisladores insobornables, y el de su compañero Silvano Santander, siguen siendo irritantes para los proclives a las componendas.

Como lo es el nombre de Jorge Luis Borges, quien, volviendo a la desmitificación de las Malvinas, escribió (Clarín, 24/9/1982):

Ingenua o maliciosamente (opto por el primer adverbio, ya que la mente militar no es compleja) se han confundido cosas distintas. Una, el derecho de un Estado sobre tal o cual territorio; otra, la invasión de ese territorio. La primera es de orden jurídico; la segunda es un hecho físico. Se ha invocado el derecho internacional para justificar un acto que es contrario a todo derecho. La transparente falacia, que no llega a ser un sofisma, tiene la culpa de la muerte de un indefinido número de hombres, que fueron enviados a morir o, lo que sin duda es peor, a matar. No es menos raro el hecho de que se hable siempre del territorio y no de los habitantes, como si la nieve y la arena fueran más reales que los seres humanos. Los isleños no fueron interrogados; no lo fueron tampoco veintitantos millones de argentinos.

Es indudable que si Borges viviera, los 18 intelectuales que formaron inicialmente el grupo de los auténticos héroes de Malvinas habrían sido 19. Claro que los peronistas se consuelan: ellos tienen a Maradona.

Cristina Kirchner desafía a España con la nacionalización de YPF

proyecto de ley en el congreso

Cristina Kirchner desafía a España con la nacionalización de YPF

Horas después de la advertencia de Soria, el Ejecutivo de Fernández de Kirchner declara de interés público el 50,01% de las acciones.

El Gobierno argentino ha iniciado este jueves el proceso de nacionalización de YPF. Ignorando las advertencias del Ejecutivo español que, por boca de José Manuel Soria, ministro de Industria, había advertido horas antes de que la decisión tendría «consecuencias», Cristina Fernández de Kirchner ha enviado al Congreso un proyecto de ley que declara de interés público (y, por tanto, objeto de nacionalización) el 50,01% de las acciones de la compañía. Ahora, el Tribunal de Tasaciones argentino deberá establecer cuánto se paga por esas acciones.

Tras varias semanas de tensión entre Repsol y el Gobierno argentino la estatización de YPF está prácticamente realizada. El gabinete de Cristina Fernández de Kirchner justifica esta decisión por la menor inversión de Repsol en YPF en los últimos meses y por la necesidad de alterar la ecuación energética. Argentina, según varios dirigentes han explicado a una radio local, «necesita importar energía, cuando tiene suficiente para abastecerse».

El ministro de Planificación, Julio De Vido, y el segundo en la cartera de Economía, Axel Kicillof, se han reunido con los gobernadores y con Antonio Brufau, presidente de Repsol-YPF, esta misma tarde, antes del anuncio del interés del Gobierno de hacerse con el 50% de la petrolera. YPF se ha disparado un 6,99% en la bolsa bonaerense esta misma tarde tras la caída del 5% de ayer.

El texto, según publica el diario argentino Clarín, declara de interés público hasta el 50,01% de las acciones clase B de la petrolera. El texto declara de «utilidad pública» ese porcentaje de acciones clase D de la petrolera. Son 100 millones de títulos del Grupo Eskenazy y casi 96,6 millones de acciones de Repsol. Es una medida muy importante para el gobierno argentino ya que están expropiando la mayor empresa del país.

El proyecto

En total, YPF tiene actualmente 393 millones de acciones clase D, las que el gobierno argentino considera susceptibles de expropiación. Un 57,43% pertenecen a Repsol, un 25,46% al Grupo Petersen, mientras que un 17,09% se negocian en bolsa y un 0,02% está ya en el poder del Estado.

El proyecto de expropiación de la petrolera enviado al congreso argentino establece, según el diario argentino, que si es necesario expropiar más acciones para que el Estado argentino llegue al 50,01%, esos títulos se expropiarán de modo tal que se respeten las proporciones en poder de los otros accionistas.

El precio que se pagará a Repsol por las acciones expropiadas está todavía por determinar y serán, según el texto del proyecto, el Tribunal de Tasaciones de la Nación en colaboración con la Secretaría de Energía los que se encarguen de fijarlo.

 

La crisis en cinco actos

La crisis en cinco actos

por Alberto Benegas Lynch (h)

Alberto Benegas Lynch (h) es académico asociado del Cato Institute y Presidente de la Sección Ciencias Económicas de la Academia Nacional de Ciencias de Argentina.

En esta nota periodística ensayaré resumir los ejes centrales de esta nueva crisis iniciada en 2008 que, de un tiempo a esta parte, con mayor o menor rigor, tiene en vilo al mundo y que a nuestro juicio todavía no se ha develado en toda su magnitud.

Como los anteriores desbarranques, el origen se sitúa en los atropellos y descalabros de un aparato estatal desbocado que formula promesas de imposible cumplimiento, se entromete en los arreglos contractuales pacíficos entre las personas, manipula la moneda, el crédito y la tasa de interés en el contexto del inaudito sistema bancario de reserva fraccional administrado por la banca central, decreta disposiciones laborales que expulsan del mercado a los que más requieren de empleo, incrementa el gasto de modo astronómico, eleva el déficit fiscal a límites exorbitantes, aumenta el endeudamiento público a alturas inconcebibles para cualquier mente responsable y llena volúmenes y volúmenes con legislaciones, controles, regulaciones y reglamentos que asfixian la economía y relegan el derecho a meras declamaciones sin contenido y sin brújula ni parámetros extramuros de la norma positiva, en un contexto de aniquilación de la división horizontal de poderes.

Ese es el primer acto donde se sientan las bases de lo que luego indefectiblemente vendrá. El segundo acto, naturalmente consiste en el crujir de la economía que se nota con mayor intensidad en las grandes corporaciones, industriales, comerciales y financieras que amenazan con despidos en masa y con quebrantos de diversa envergadura.

En el tercer acto surge el pánico por la antedicha posibilidad de derrumbe en cadena de colosos del mundo de los negocios con lo que los gobiernos se abalanzan a forzar “salvatajes” en gran escala de aquellos emporios en dificultades, desde luego con recursos provenientes de aumentos adicionales en los gravámenes, con mayores presiones inflacionarias, contrayendo dosis mayores de deuda o haciendo uso de los tres canales simultáneamente.

El cuarto acto muestra una escalada de agitadas manifestaciones de “indignados” y otras protestas sindicales y sociales de diversa magnitud y violencia. Son los que sienten en sus bolsillos la severidad de la crisis que están financiando compulsivamente. Son los relativamente más débiles que no han tenido poder de lobby para recibir los mencionados “salvatajes” (por otra parte estas transferencias compulsivas de recursos no pueden generalizarse: siempre se llevan a cabo a favor de algunos y en contra de otros que son los que se hacen cargo de los platos rotos).

El quinto acto que tiene lugar en paralelo a las anteriores etapas estriba en el necesario apoyo logístico no solo de las políticas de la primera etapa (que muchos proponen acentuar) sino de las comentadas medidas de financiamiento forzoso. Estos se dividen en cuatro categorías. En primer lugar, los propios agentes gubernamentales que defienden lo hecho. En segundo término, los ideólogos keynesianos y socialistas y las nefastas burocracias internacionales y sus compañeros de ruta que alegan peligros de “crisis sistémicas” sin percatarse que de modo superlativo están contribuyendo a profundizar sus raíces y consecuencias. En tercer lugar, los integrantes de las grandes corporaciones y sus voceros que se mantienen a flote merced a lo ocurrido, sin asumir los costos por su ineptitud e irresponsabilidad, al contrario de los genuinos empresarios que operan en base a la satisfacción de sus clientes. Y en cuarto lugar, los usufructuarios de dividendos y rentas provenientes de esas empresas, quienes declaman en la sobremesa sobre el dolor de los relativamente más pobres pero les importan un bledo a la hora de recoger los frutos malhabidos, situación que es compartida también por buena parte de los administradores de carteras, concentrados y abstraídos en sus arbitrajes como si pudieran seguir con sus negocios con independencia de lo que ocurra en el mundo que los rodea.

Si se viera el proceso de la crisis en una secuencia cinematográfica se observaría en una punta a los mal llamados empresarios que acuerdan con el poder de turno y, en la otra, a los esquilmados en el fruto de sus trabajos, cual aspiradora gigante que succiona sus ahorros y carcome todas sus ilusiones. Pero lo llamativo del caso es que cuando estos explotados se quejan, piden más de lo mismo en cuanto a las políticas que precisamente los empobrecieron. Esto último se debe al nefasto clima educativo que hace de operación pinza: por un lado recetas socialistas, intervencionistas y estatistas y, por otro, la propaganda escolar y universitaria que en gran medida enseña que es buena la destrucción del derecho de propiedad y que la solución radica en el autoritarismo de un Leviatán cada vez más adiposo y hambriento, sin necesidad de  que las personas realicen esfuerzos ni asuman responsabilidades y afronten sus deberes.

Es de desear que la situación se revierta con el esfuerzo de quienes defienden los valores y principios de la sociedad abierta y combaten la prepotencia del sistemático e inmisericorde atropello gubernamental, paradójicamente encargado de proteger y garantizar los derechos de la gente, pero en los hechos convertido en el peor enemigo de las libertades individuales. Si esto no se revierte, el peso cada vez mayor sobre los más necesitados hará explotar por los aires todo vestigio de civilización. Es tragicómico en verdad que se pretenda responsabilizar de la crisis al inexistente capitalismo en una carrera desenfrenada por acentuar la desaparición de todo vestigio de aquel sistema.

Resulta indispensable que los estatistas asuman la responsabilidad por sus propuestas y no pretendan endosarla a corrientes de pensamiento que propugnan la libertad. Tal como ha escrito Antoine de Saint-Exupéry, que vale tanto para esto último como para los que se arrogan derechos sobre el bolsillo del vecino: “Un ser humano significa, precisamente, ser responsable”.

Pacto de cooperación militar sin precedentes entre Francia y Reino Unido.

Pacto de cooperación militar sin precedentes entre Francia y Reino Unido.

nuevo orden mundial francia reino unido nuclear

David Cameron y Nicolas Sarkozy sellaron ayer en Londres el más ambicioso pacto de cooperación militar entre Francia y Reino Unido. El «premier» británico lo calificó de «nuevo capítulo» en la relación entre dos antiguos vecinos; el presidente francés, de algo «sin precedentes». Pero más allá de las grandes palabras, vinieron a reconocer que detrás de la idea está el deseo de ahorro en sus respectivos presupuestos de Defensa.

El acuerdo se compone de dos nuevos tratados, uno sobre investigación y pruebas conjuntas de armamento nuclear, con una duración de cincuenta años, y otro más general sobre la colaboración militar, que pondrá en marcha una fuerza expedicionaria combinada, dotada de unos 5.000 soldados por cada bando. Esta fuerza expedicionaria deberá estar operativa para su despliegue el próximo año, y se tratará de una cooperación de unidades, no del «intercambio» de soldados. El pacto contempla el uso de sus respectivos portaaviones por aparatos del otro país, con al menos uno de ellos siempre en navegación.

Tanto Sarkozy como especialmente Cameron, presionado por las suspicacias sobre una pérdida de soberanía militar, destacaron que ambos países «siempre permanecerán naciones soberanas, capaces de desplegar nuestras fuerzas armadas independientemente». Cualquier operación podrá ser vetada por uno de los dos países. No se trata, pues, de un proceso de integración de sus Fuerzas Armadas, de magnitudes muy parejas, ni tampoco de una puesta en común de sus respectivos sistemas de disuasión nuclear. En realidad es algo más simbólico que práctico, si bien es cierto Francia y Reino Unido van esta vez más allá del pacto firmado en 1998 por Chirac y Blair.

Ahorrar es el objetivo

El motor principal del acuerdo es la necesidad de ahorro en los gastos de Defensa, que el Gobierno británico ha decidido recortar en un 8%. La colaboración viene propiciada también por la superación de las exigencias de la Guerra Fría y por el nuevo marco de la política exterior británica, que prefiere fuertes acuerdos bilaterales a los pactos multilaterales propios de la UE, en los que se pierde control sobre los aspectos abordados.

A partir de 2015 expertos de los dos lados del Canal de la Mancha desarrollarán tecnologías en el Establecimiento de Armas Nucleares inglés, mientras que pruebas conjuntas sobre cabezas nucleares, sin necesidad de proceder a su explosión, tendrán lugar en el Centro de Estudios Nucleares Valduc, en Francia. No se compartirá el control sobre las respectivas armas ni secretos nucleares.

Dos mujeres en el «sube y baja»

Dos mujeres en el «sube y baja»

Dilma-CKF

Por Emilio J. Cárdenas

El Diario Exterior

En verdad, es aún más alta que la que alguna vez tuvieran sus predecesores, el estadista Fernando Enrique Cardoso y el ex gremialista Luiz Inacio Lula da Silva. Esto es lo que indica claramente un reciente sondeo de opinión realizado por la propia Confederación Nacional de la Industria del Brasil.

La aprobación que recibe Dilma Rousseff es del orden del 77% de los entrevistados. Casi ocho de cada diez brasileños la aplaude, encontrando que su gestión es positiva. En los últimos cinco meses, pese a las dificultades económicas de un mundo convulsionado, su popularidad creció cinco puntos porcentuales. En gran medida porque aún ante las enormes dificultades externas Brasil logró seguir creciendo y eliminando pobreza, mientras creaba empleo. En contratara, los rechazos a su labor de gestión disminuyeron y están en apenas un 19% de los entrevistados. Lo que es notable.

Curiosamente, la aprobación que recibe la gestión de su gobierno es sustancialmente menor, del 56%. Aquí hay un 8% que entiende que esa labor es simplemente pésima. Ocurre que hay insatisfacción respecto de algunos temas. La gente se queja de la fuerte presión tributaria, que entienden excesiva y contraproducente; de la inseguridad personal que ciertamente va en aumento; y de lo que sucede en el campo particular del cuidado de la salud de la población. En todos estos capítulos la desaprobación alcanza a más del 61%.

La gente aplaude particularmente la actitud clara de rechazar presiones de la primera mandataria. Y la falta de retórica para, con ella, disimular errores. Especialmente cuando los aliados del gobierno reclaman favores o cargos en la administración. Pese a que esta actitud de corte transparente amenaza con fracturar eventualmente las mayorías en el Congreso del país vecino.

En abierto contraste, la presidente de nuestro país, Cristina Fernández atraviesa por un período de pérdida acelerada de popularidad.

Con la economía cerrada caprichosamente y en franca desaceleración; los subsidios masivos y desordenados en tren de desaparecer; la inflación en peligroso aumento; una grave y ahora sonora tensión con el resto del mundo por la política comercial proteccionista que se ha puesto en marcha en nuestro país asilándolo de los demás y por una inquietante nueva sensación de fuga de capitales que está encareciendo nuevamente al dólar marginal, el panorama político y económico parecería estar complicándose para ella.

El momento es algo así como la contra-cara del que hoy vive Dilma Rousseff. Euforia, animación y optimismo en el Brasil. Mediocridad en la conducción, ahogo y un ambiente de pesimismo creciente en la Argentina

Por todo esto el blanco y el negro que aparecen -en contraste- entre lo que están haciendo Cristina Fernández y Dilma Ruosseff en sus propios escenarios cuando de calificar a sus respectivas gestiones se trata.

Emilio J. Cárdenas fue Embajador de la República Argentina ante las Naciones Unidas.