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El flujo neto de inmigrantes de México a EE UU es por primera vez cero

El flujo neto de inmigrantes de México a EE UU es por primera vez cero

En los últimos 40 años, 12 millones de mexicanos han emigrado de su país a EE UU

Washington Mexicanos en Nuevo Laredo, México, intentan llegar a EE UU. / REUTERS

El flujo neto de migrantes entre México y Estados Unidos se ha reducido a cero por primera vez en varias décadas, según un estudio publicado este lunes por el Centro Pew Hispanic. El cambio de tendencia supone el estancamiento de la oleada migratoria más importante en la historia de EE UU.

“Si miramos atrás, ninguna nación ha enviado tantos inmigrantes a Estados Unidos como México en las últimas cuatro décadas”, dice el informe (en PDF, en inglés). En cuarenta años, unos 12 millones de inmigrantes mexicanos emigraron a EE UU y, según el estudio, más de la mitad lo hicieron de manera ilegal. «Puede que la oleada migratoria se reanude con la recuperación de la economía estadounidense. Incluso si no lo hace, ya se ha asegurado un lugar en los libros de récords», señalan los autores del informe.

El estancamiento actual es algo más que una pausa temporal

Paul Taylor, director del Centro Pew Hispanic

“El flujo neto de inmigrantes desde México a Estados Unidos se ha detenido y puede que se haya invertido”, dice el estudio, basado en análisis de datos gubernamentales de ambos países. El cambio de “un patrón histórico”, como describen los autores, se debe a un aumento del número de inmigrantes que abandonan EE UU en comparación con los que llegan desde México, en constante declive.

Entre 1995 y 2000, unos tres millones de mexicanos cruzaron la frontera, mientras que cerca de 700.000 regresaron a casa acompañados de hijos estadounidenses. Entre 2005 y 2010, 1,4 millones de mexicanos abandonaron su país y la misma cantidad regresó a México, según datos demográficos correspondientes a ambos países.

“No sabemos si la oleada migratoria se reanudará en algún momento, pero sí podemos determinar que el estancamiento actual es algo más que una pausa temporal”, declaró Paul Taylor, director del Centro Pew Hispanic, en la presentación del estudio. “El balance migratorio desde México se ha mantenido a cero o incluso en niveles negativos desde 2007”, añadió.

El informe atribuye varias causas a este fenómeno, entre las que destacan la crisis económica y del mercado inmobiliario, la dureza de las leyes migratorias aprobadas por varios gobiernos estatales en los dos últimos años, el peligro que suponen los nuevos puntos de cruce en la frontera y que obligan a atravesar el desierto, el aumento de las deportaciones, el descenso de la natalidad en México y las mejores condiciones económicas en este país.

“En endurecimiento de la política de inmigración ha hecho que intentar entrar en Estados Unidos para los mexicanos sea más difícil, caro y peligroso”, ha afirmado este lunes Jeffrey Passel, demógrafo del Centro Pew Hispanic. “Además, la débil economía estadounidense ha eliminado el imán que suponía la oferta de empleo y los cambios demográficos en México han reducido el grupo de inmigrantes potenciales”, ha agregado.

Las últimas cuatro décadas han conseguido que casi uno de cada tres inmigrantes que viven en EEUU -con una población de 40 millones de personas nacidas en otro país- provenga de México. El siguiente país de origen con mayor aportación de emigrantes es China, con un 5%.

En cuanto a la inmigración ilegal, un 58% de los 11 millones de indocumentados que se estima  residen en EE UU también son de origen mexicano. Según el informe, 6,1 millones de inmigrantes mexicanos carecían de permiso de residencia estadounidense en 2011, cerca de un millón menos que en 2007, cuando se alcanzaron los niveles máximos.

A pesar de que México ha protagonizado la mayor oleada migratoria hacia EE UU en toda su historia en números absolutos, los investigadores de Pew reconocen que, en términos relativos, Alemania e Irlanda habrían contribuido con una proporción igual o mayor de inmigrantes a finales del siglo XIX.

Chávez gobierna en 140 caracteres

Chávez gobierna en 140 caracteres

El presidente venezolano, que no aparece en público desde el 14 de abril, anuncia nuevas leyes y medidas a través de la red social

Un hombre camina en Caracas frente a un mural pintado con la imagen del presidente de Venezuela, Hugo Chávez. / MIGUEL GUTIÈRREZ (EFE)

Las únicas noticias que desde hace nueve días se tienen del presidente Hugo Chávez —de su salud y de cómo conduce el Gobierno de Venezuela a distancia— están escritas en los 32 mensajes que ha colgado en su cuenta de Twitter.

La última vez que Chávez se comunicó de viva voz con su pueblo fue el 14 de abril, cuando viajó a La Habana para someterse a dos semanas de tratamiento contra el cáncer que le fue detectado en junio de 2011.

En 140 caracteres por vez, el presidente venezolano anuncia la promulgación de leyes; aprueba medidas económicas; felicita a sus ministros por la labor cumplida y alienta a su partido a seguir adelante en la campaña electoral para su reelección. A pesar de su estado de salud, del cual se ha negado a brindar detalles, Chávez aspira competir por un tercer mandato consecutivo de seis años en las elecciones presidenciales de octubre de 2012. Sus ministros, entretanto, se encargan en Caracas de desmentir los rumores sobre su muerte que circulan cada cierto tiempo.

Desde que comenzó su tratamiento en Cuba, en julio del año pasado, Chávez se ha negado a delegar el poder y ha sido autorizado por el Parlamento para ejercer la presidencia a distancia.

La batalla que Argentina sí ganó

La batalla que Argentina sí ganó

Treinta años después de la guerra de Las Malvinas, Cristina Fernández expropia YPF enarbolando la soberanía nacional. Estas son las claves de la decisión

Buenos Aires
La mano de la presidenta de Argentina sujetando un tubo con una muestra de petróleo de YPF. / AP

A lo largo de su andadura como presidente de Repsol, Antonio Brufau ha negociado con líderes mundiales en situaciones un tanto peculiares. Muamar el Gadafi lo atendió varias veces en su jaima de Trípoli mientras en la puerta ordeñaban las cabras y pastoreaban los camellos; el boliviano Evo Morales lo recibió a las cinco de la mañana en La Paz; con el presidente Hugo Chávez departió mientras el mandatario venezolano conducía un Mercedes desde la Gran Vía de Madrid hasta el aeropuerto de Barajas, y Fidel Castro le concedió audiencia a las dos de la madrugada en La Habana.

En la Casa Rosada, sede del Gobierno argentino, Brufau tuvo que esperar a veces varias horas para acceder al despacho presidencial. Pero cuando llegaba acompañado de Sebastián Eskenazi, el hombre al que vendió el 25% de Repsol-YPF cuando Néstor Kirchner le obligó a argentinizar la compañía, no esperaba ni un minuto. Eskenazi era íntimo amigo de los Kirchner. Néstor y Cristina vieron con muy buenos ojos en 2008 que los Eskenazi pagaran solo el 10% de las acciones que compraron. Para el resto, pedirían créditos. ¿Y cómo pensaban los Eskenazi pagar los créditos? Con el dinero que les abonase la empresa en el reparto de dividendos. “Así me compro yo también la Coca-Cola”, dijo esta semana el periodista argentino Jorge Lanata. La operación le pareció un tanto extraña entonces a algunos analistas argentinos, y les sigue pareciendo extraña. Pero entonces, casi todo el mundo parecía contento: Brufau, los Kirchner y, por supuesto, los Eskenazi.

Brufau trabó relaciones muy fluidas con el ministro de Planificación, Julio de Vido, responsable de la política energética del país en los últimos nueve años. El presidente de Repsol conocía bien a la gente que era necesario conocer bien: los empresarios, los periodistas más influyentes, los gobernadores de las provincias petroleras, los consultores de energía más prestigiosos… Y cuando murió Néstor Kirchner, en 2010, no perdió la brújula en los laberínticos pasillos del poder peronista. Unos ministros llegaban, otros se iban, pero Julio de Vido seguía ahí. Y los Eskenazi continuaban manteniendo buenas relaciones con la presidenta. Hasta el año pasado, ella elogiaba su gestión empresarial en público y lo trataba de Antonio ante las cámaras.

De pronto, a principios de 2011, lo que era blanco se volvió negro

De pronto, a principios de diciembre de 2011, todo lo que era blanco se volvió negro. De Vido empezó a pedir que la empresa invirtiera más en explorar y producir petróleo. De Vido había acudido con su esposa en varias ocasiones a la casa porteña de Brufau. Pero el trato se enfrió de pronto. El fino olfato de Brufau no tuvo que esmerarse mucho para darse cuenta de que las cosas estaban cambiando. Las cuentas no cuadraban en el país. El año pasado Argentina tuvo que importar hidrocarburos por valor de 10.000 millones de dólares (7.500 millones de euros), y para este año se prevé que sean por lo menos 9.000 millones. ¿Responsable? Repsol-YPF, que solo representa un tercio de la producción en Argentina. ¿Por qué nunca denunció De Vido esa situación y el representante en la dirección de YPF por parte del Estado, Roberto Baratta, vino aprobando todas las decisiones del directorio durante los últimos años? La situación recordaba demasiado a la escena de Casablanca en la que el oficial francés que solía jugar en el casino cierra el local porque de pronto descubre que ahí se juega.

Repsol aportó cifras en las que mostraba que en 2001 tenía 8.867 empleados directos y el año pasado 16.048. Enseñó cuadros con datos del propio Gobierno en los que se veía cómo el año 1999, cuando compró YPF, invirtió 1.000 millones de dólares, y desde entonces había venido aumentando la cifra casi todos los años hasta los 2.990 millones de 2011. Para 2012 prometía 3.500 millones de dólares. Pero sus interlocutores decían que eso no era suficiente, que había descendido mucho su producción. Antonio Brufau viajó varias veces desde Madrid a Buenos Aires para explicar que la mayoría de los pozos eran maduros, es decir, muy explotados y con pocas reservas.

De Vido, responsable de la política energética de los últimos años, debía saberlo. Pero de pronto, el interlocutor válido ya no era De Vido. Ahora se presentaba a las reuniones un hombre de 41 años y patillas de hacha, vestido sin corbata, que nunca antes había puesto un pie en el complejo mundo de la industria petrolera. Se trataba de Axel Kicillof, el viceministro de Economía. Su discurso estaba en las antípodas de lo que Brufau representaba, pero era amigo de Máximo Kirchner, hijo de la presidenta. Y, sobre todo, era el hombre a quien la presidenta parecía escuchar. Brufau creía que Kicillof estaba preparando un borrador para expropiarle. Quería negociar directamente con la presidenta, pero ella no le atendía. Los gobernadores petroleros empezaron a revertir áreas de explotación y Repsol-YPF fue perdiendo valor en Wall Street.

Finalmente, el lunes 16 de abril, después de cuatro meses de acoso y derribo, Cristina Fernández anunció la expropiación de YPF. No había que encargar muchas encuestas para darse cuenta de que nueve de cada diez argentinos se mostrarían favorables a la medida. En España no hay ninguna empresa que se pueda comparar ni remotamente con YPF en cuanto a la carga identitaria y sentimental que esa marca representa para los argentinos. YPF fue la primera explotación estatal petrolera del mundo. Estuvo presente en la mitad de los 200 años de vida que tiene el país y representa la nostalgia de la soberanía energética perdida, de todo lo que se podía haber sido y no se es.

Ante esos sentimientos, poco podían hacer las cifras de Brufau. El presidente de Repsol insistía en que la empresa solo representaba un tercio de la producción y se la estaba discriminando. Pero Kicillof la responsabilizó del 71% de la caída en la producción del petróleo en el último año y del 70% en la producción de gas.

Axel Kicillof toma las riendas de la política energética

Al día siguiente de la expropiación, Kicillof expuso el proyecto de ley, durante dos horas y media ante todos los senadores de Argentina. No faltaron en su discurso menciones a España y a elefantes. También a cerdos. “Los llamados PIGS. PIGS es el nombre con el que bautizó el stablishment económico… pigs, ¡cerdos!, a algunas economías europeas como Portugal, Italia, Grecia, España. Pigs, hay peipers [papers, documentos] de grandes economistas llamándolos cerdos. Le pido a España que recupere la dignidad en este sentido, que mire lo que le están recomendando la derecha y los guitarristas de libre mercado. ¡Y cómo los llaman! Después de haber cumplido con esas recetas tienen grandes problemas económicos. Pero los grandes problemas económicos no es ese default de la deuda externa en el que iba a caer Grecia exclusivamente. Los problemas económicos que mira este Gobierno y que no están en los libros de texto son el desempleo, el nivel salarial, el nivel de las jubilaciones, el bienestar de la gente. Esos son los problemas, los grandes y gravísimos problemas económicos. No lo que hace el Estado argentino con una empresa… ¡argentina!”.

Manifestación a favor de la expropiación de YPF. / REUTERS

Con un evidente dominio de la oratoria, Kicillof escenificó lo que ya se venía comentando en Argentina. La Cámpora, la asociación juvenil que lidera Máximo Kirchner, se estaba afianzando en el poder. De Vido había sido nombrado interventor de YPF, pero Kicillof será su director adjunto y jugará un papel clave en el sector energético. De entrada, ya advirtió que los empresarios como Brufau no tienen nada que enseñarle. “Cuando se trata de empresarios extranjeros, ¿qué van a saber de lo que estamos haciendo acá? ¿Qué van a creer, en que estamos convencidos de lo que estamos haciendo y que lo estamos llevando por una senda responsable y que ha dado frutos completamente distintos de lo que está ocurriendo en situaciones de países europeos como la propia España? Que nosotros ya hemos probado el gusto amargo de ajuste. Y ya sabemos que cuando hay una profunda crisis, lo peor que se puede hacer es pensar que el Estado es malo, que el Estado es el problema. El Estado es la solución. Y lo hemos visto en la Argentina. No estoy dándole consejos a España. Simplemente digo que cuando hay recesión y crisis el Estado se vuelve en un actor clave para revitalizar la demanda y la producción. Entonces, el ajuste del poder adquisitivo de los jubilados lo hemos vivido nosotros. (…) ¿Cómo vamos a retirar al Estado de funciones vitales? Estos empresarios como Brufau, ¿qué va a entender lo que estamos haciendo, cuando está pensando en la expansión trasnacional de un grupo que lo ha hecho en buena medida a expensas de los dividendos girados por nuestra compañía petrolera?”.

Un analista argentino subraya el atractivo de la figura de Kicillof. “Seguramente, en España, con la crisis que atraviesa, esas palabras contra los excesos del libre mercado pueden resultar muy atractivas. Y como personaje literario es muy interesante: un profesor de economía de aspecto juvenil que le planta cara al gigante de Repsol y habla más de dos horas en el Senado con el dedo índice levantado. Pero ese señor va a estar al frente de YPF. A los españoles les puede resultar muy simpático y atractivo un personaje así. Pero seguro que no querrían tenerlo al frente de Repsol”.

Nueve de cada diez argentinos apoyan la medida, según las encuestas

Algunos analistas se muestran apesadumbrados por la decisión de expropiar. Creen que una vez más Argentina ha vivido un sentimiento malvinero de euforia nacional colectiva que terminará pagando caro. Pero esas voces son muy escasas. Mientras arreciaban el viernes los mensajes de reprobación internacional de la Unión Europea y de EEUU, Cristina Fernández de Kirchner seguía envolviéndose en los grandes sentimientos de la bandera de Argentina. En su cuenta de Twitter, con un millón de seguidores, se pudo leer: “Desde allá, desde Casa Rosada, miramos al país de frente, hacia el Norte, el Sur, el Centro, toda esa inmensa geografía que estaba esperando”. Y después: “Quiero agradecer porque es hora de que la Argentina inicie una etapa diferente, de grandeza, donde los que están en la oposición también apoyen”. En efecto, casi toda la oposición en pleno apoyó la medida en el Senado. Hasta uno de los hombres más defenestrados del país, el senador peronista Carlos Menem, que fue quien privatizó YPF votó a favor de la expropiación.

“La gente siente que recuperó algo que le pertenece”, señala Víctor Bronstein, director del centro de Estudios de Energía, Política y Sociedad. “Es un sentimiento popular y hay que respetarlo. Ahora queda por saber si la empresa estatal puede hacerse cargo del problema. Yo creo que contamina el funcionamiento de la empresa el hecho de que las provincias tengan poder en el directorio. La presidenta compara a Petrobras como empresa mixta que funciona bien. Pero en Brasil, donde los Estados tienen más autonomía que en Argentina, los recursos de petróleo y gas pertenecen a la nación, no se negocian con las provincias, no tiene sentido”.

Bronstein cree que la crítica que se le hace a Repsol en cuanto a que decidió invertir más en producir que en explorar es relativa, porque va en contra de los propios intereses de la compañía. “Toda empresa petrolera sabe que tiene que mantener un nivel de reserva, porque si no se le acaba el negocio”. Sin embargo, Bronstein cree que Repsol decidió explorar menos porque priorizó inversiones internacionales. “Solo actuó cuando le apretaron el zapato. Y ya era demasiado tarde”.

Jorge Lapeña, secretario de Energía de Raúl Alfonsín (1983-1989), también coincide en que “faltó exploración”. Pero no culpa tanto a la empresa como al Gobierno que lo toleró. “Todas las empresas privadas exploran menos pozos en Argentina que la mitad de lo que exploraba la YPF estatal ella sola en la década de los ochenta. El Estado ha fracasado como fiscalizador y planificador”, señala. El antiguo secretario de Alfonsín es una de las pocas voces que se han pronunciado en Argentina contra las formas en que las provincias quitaron concesiones a YPF: “Creo que se tenía que haber hecho una auditoría integral de todos los permisos de exploración y concesiones de todas las empresas”.

En cuanto, a la forma sincronizada en que se ejecutó la expropiación, obligando a los directivos de Repsol-YPF a desalojar la empresa en el mismo momento en que la presidenta anunciaba el proyecto de ley, Kicillof aportó sus razones: había que descubrir los secretos mejor guardados de la empresa. No había nada personal. Solo negocios.

El Gobierno de España da por rota la amistad con Argentina y prepara represalias

El Gobierno de España da por rota la amistad con Argentina y prepara represalias

García-Margallo: «La decisión rompe el clima de cordialidad y amistad»

Soria: «Es una decisión hostil contra España y el Gobierno de España»

El Ejecutivo anuncia medidas «claras y contundentes» en los próximos días

Exteriores convoca de nuevo al embajador argentino en España

El Gobierno español ha salido este lunes en tromba y ha condenado rotundamente la decisión del Gobierno argentino de nacionalizar el 51% de la filial argentina de Repsol. El ministro de Industria, José Manuel Soria, ha avanzado en conferencia de prensa que el Ejecutivo español trabajaba desde el mismo lunes por la tarde en unas medidas “claras y contundentes” que se darán a conocer en los próximos días, aunque no especificó ninguna. Soria ha denunciado que la medida decidida por la presidenta Cristina Fernández es un gesto de hostilidad contra España y contra el Gobierno de España. Tanto Soria como el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, han dedicado un rosario de descalificativos a la expropiación. García-Margallo, que ha convocado para este martes al embajador argentino, Carlos Bettini, ha declarado que se trata de una medida “arbitraria” y “dañina”, que supone la ruptura de “la relación de amistad y cordialidad” que había unido hasta ahora a ambos países y ha reprochado que España había acudido en socorro de Argentina, cuando el país latinoamericano se encontraba en sus peores momentos.

El Gobierno se ha puesto en contacto con las autoridades europeas, y ha pedido que se debata por la vía de urgencia en el pleno que se está celebrando en Estrasburgo. Ha lamentado que la nacionalización rompe el acuerdo verbal, alcanzado por ambos gobiernos el pasado 28 de febrero, de solventar cualquier conflicto respecto a las inversiones de Repsol con diálogo. El ministro ha advertido de que la decisión no solo es “pésima para España y para Argentina”, sino que también es “malísima para la seguridad jurídica”, con lo que perjudicará gravemente la llegada de inversiones a Argentina. La petrolera Repsol, por su parte, también ha anunciado medidas legales contra Argentina y su decisión de expropiar. Considera la medida «ilícita y gravemente discriminatoria».

Soria confía en que este gesto hostil “no sea el principio de una situación grave”, ya que en Argentina operan otras importantes empresas españolas del sector financiero (BBVA y Santander), telecomunicaciones (Telefónica), y otros servicios. En esta línea, Soria ha advertido de que la expropiación de YPF “no solo afecta a una empresa aislada, sino que perjudica también a miles de accionistas y sus ahorros” y ha criticado que la medida supone una discriminación porque hay otros accionistas de YPF que no se ven afectados.

Soria había declarado el sábado que el conflicto con Repsol en Argentina se estaba encauzando, pero ayer aclaró que se refería a que Buenos Aires no había cumplido la amenaza de nacionalización, que parecía un hecho hacía tan solo unos días. El ministro lamentó que tras su viaje a Argentina, cuando se firmó el acuerdo verbal por el diálogo, el 28 de febrero, se dirigió por escrito al Gobierno de Kirchner, para fijar día y hora de reunión y jamás obtuvo respuesta.

“Allí donde haya una empresa española, allí estará el Gobierno defendiendo como propios sus intereses”. Rajoy, sin referirse directamente a Repsol ni a Argentina, tenía muy presente la amenaza de nacionalización en el discurso con el que clausuró la Asamblea General del Instituto de la Empresa Familiar (IEF) este lunes en Madrid. “No les quepa duda, este Gobierno va a estar al lado de quienes crean empleo y riqueza dentro y fuera de muestro país”, afirmó Rajoy tras señalar que “la excelencia de las empresas españolas requiere de una política económica que esté a su altura”.

Rajoy, informa Miguel González, inicia este lunes su primera gira por Iberoamérica como presidente que le llevará tres días a México y Colombia en plena ofensiva diplomática para intentar frenar el ya explícito plan de Cristina Fernández de arrebatar a Repsol el control de YPF y en medio de la polémica provocada por el accidente del Rey en Botsuana. El viaje estaba previsto antes de que la presidenta argentina anunciara la toma de control de la filial de la petrolera.

Precisamente el presidente de México ha lamentado este lunes la decisión «poco responsable y poco racional» de Cristina Fernández, a quien Felipe Calderón ha animado a rectificar su postura, «claramente violatoria de acuerdos y tratados».

La primera valoración pública de un dirigente político español había llegado de la mano de Dolores de Cospedal minutos después del anuncio de Fernández, a media tarde. «No me cabe la menor duda de que el Gobierno va a dar cumplida respuesta a esta situación. Será la respuesta suficiente y completa para defender el interés de las empresas españolas en Argentina», aseguró la secretaria general del PP.

Repsol acusa a Argentina

Repsol acusa a Argentina de expropiar YPF para tapar la crisis económica y social

El presidente de la petrolera afirma que la nacionalización no está justificada por utilidad pública

La compañía asegura que la medida no se traducirá en una subida de los carburantes

El grupo presentará un nuevo plan estratégico a finales de mayo y mantendrá el dividendo

/ Madrid

Brufau, durante la rueda de prensa en Madrid. / ATLAS

Repsol acusó hoy a Argentina de expropiar su filial YPF con el objetivo de tapar la crisis social y económica que azota el país latinoamericano, según ha dicho el presidente de la petrolera española, Antonio Brufau. La compañía, que pide 10.500 millones de dólares (unos 8.000 millones de euros) por su participación en YPF, considera la nacionalización ilegal y demandará a Buenos Aires en un arbitraje ante el Banco Mundial.

«Estos actos no quedarán impunes», advirtió el primer ejecutivo de la petrolera en una conferencia de prensa convocada en la sede de Repsol en Madrid y que duró casi dos horas. «La presidenta de Argentina ha realizado un acto ilegítimo e injustificable tras una campaña de acusaciones dirigida a derrumbar la acción de YPF y permitir una expropiación a precio de saldo», dijo Brufau, cuyo tono, directo pero campechano, contrastó con el aire de solemnidad que rodeó la víspera el anuncio de la presidenta Fernández de Kirchner.

En primer lugar, la compañía demandará a Buenos Aires ante el Banco Mundial por la expropiación, la mayor registrada en el sector de los hidrocarburos desde que Rusia se hiciera con los activos de Yukos hace una década. Los pleitos se dirimen a través del Centro Internacional sobre Diferencias relativas a Inversiones (Ciadi), donde ya han llevado sus quejas en el pasado otras compañías españolas presentes en Argentina, como Telefónica, Endesa, Gas Natural y Aguas de Barcelona.

El presidente de Repsol aseguró que la expropiación de la filial, que el año pasado representó un tercio del beneficio bruto de la compañía española, no está justificada por utilidad pública y rechazó las acusaciones del Gobierno argentino de que la petrolera tiene una actitud «depredatoria» sobre los recursos del país. «La decisión viola los más elementales principios de la igualdad de trato», dijo. Pese a tratarse de una iniciativa que abarca todo el sector de los hidrocarburos, solo ha sido expropiada YPF y, dentro de esta empresa, solo las acciones de la petrolera española.

«A través de levantar la bandera de la expropiación y buscar un responsable en YPF se oculta la realidad», afirmó Brufau, para quien la renacionalización responde simplemente a un intento del Gobierno argentino de «tapar la crisis social y económica que está enfrentando Argentina», con una elevada inflación y conflictos en sectores como el transporte. El Gobierno «solo busca tomar el control de la petrolera sin ninguna opa, un compromiso asumido por el Gobierno en su privatización», añadió.

El Gobierno español se ha comprometido a defender los intereses de Repsol. El ministro de Industria, José Manuel Soria, advirtió hoy que la expropiación tendrá consecuencias, que se conocerán en los próximos días, y que se materializarán a través de medidas de ámbito “diplomático, comercial, industrial y energético». En Bruselas, la Comisión Europea suspendió un encuentro bilateral con Argentina previsto para esta semana y advirtió que la decisión envía una señal muy negativa a los inversores.

No subirá la gasolina

El presidente de Repsol ha enfatizado que en ningún momento la producción de YPF ha sido enviada a España por lo que no afectará de ninguna manera al precio de los carburantes. «La repercusión será cero en compras, precios y aprovisionamientos», ha dicho. La expropiación, ha asegurado Brufau, no afectará a la política de dividendos de la empresa y que a finales de mayo presentará un nuevo plan estratégico.

Brufau ha añadido que Repsol no ha tenido ninguna respuesta del segundo accionista de la filial argentina, el grupo Petersen, de Enrique Eskenazi. Repsol tiene una participación del 57,43% en YPF. Adicionalmente, mantiene un préstamo con el grupo de la familia Eskenazi valorado en 1.542 millones de euros. Este grupo tiene más de un 25% del capital de YPF tras el acuerdo alcanzado entre Repsol y el Gobierno argentino, que adquirió con un préstamo de Repsol (45%) y de un grupo de entidades (el otro 55%). De hecho, esta empresa debe pagar 400 millones a sus bancos acreedores en mayo. O refinanciar. Para el Gobierno argentino, nacionalizar este paquete hubiese sido nacionalizar una deuda de unos 4.000 millones.

Respecto a la posibilidad de que la petrolera china Sinopec se haga con la participación expropiada, Brufau dijo: «Los chinos, por muy chinos que sean, son muy serios. Y nadie serio entra por la puerta falsa». Respecto al ministro de Planificación argentino, Julio de Vido, el primer ejecutivo de Repsol añadió: «No creo que verle sentado al frente de YPF sea un plato de buen gusto para un inversor fino de Minesotta». Y arremetió contra el concepto de seguridad jurídica del país: «No es de lo más fuerte».

Ley Videla

Brufau fue duro con la manera de actuar de ayer del Gobierno argentino, que mandó a altos funcionarios a la sede de YPF en Buenos Aires para obligar a los ejecutivos a abandonarla de inmediato. «Entraron en nuestras instalaciones al amparo de una ley de Videla, que fue un dictador, antes incluso de que la presidenta acabase de explicar el decreto de intervención. No es propio de un país moderno, esta no es la Argentina querida. La gente de este país se merece otra cosa», dijo.

Brufau hizo historia y recordó que el matrimonio Kirchner aproyó la privatización de YPF en 1999. Entonces, el expresidente Néstor Kirchner era gobernador de Santa Cruz.. «En 2008, escuchando los deseos del Gobierno argentino dimos entrada a un grupo argentino, con financiación bancaria y de la propia Repsol. Fue absolutamente aprobada por Kirchner y su señora y se aprobó el pago de dividendos» ahora criticado.

«Habría que mirarse un poquito en el recordatorio de cada uno», reprochó en relación a las críticas de Kirchner contra la política de dividendos. «Hasta finales de 2011 solo recibíamos beneplácitos, ya ahora se nos acusa de una década de depreciación».

Vargas Llosa: «Latinoamérica puede convertirse en un continente de narcos»

Vargas Llosa: «Latinoamérica puede convertirse en un continente de narcos»

Vargas Llosa: "Latinoamérica puede convertirse en un continente de narcos"
Imagen: Corbis
El narcotráfico «es una hidra, está en todas partes y, si no se enfrenta, esa amenaza puede acabar convirtiendo a Latinoamérica en una especie de continente de narcos». Así lo declaró el célebre escritor peruano Mario Vargas Llosa en su visita a México.

El célebre escritor, que a menudo expresa su opinión sobre los problemas del narcotráfico, uno de los más graves que tiene México, declaró que «corremos el riesgo de que la democracia se ponga al servicio del narcotráfico».

«Yo creo que ha llegado la hora de pensar en una solución distinta, y en lugar de la represión [habría que destinar recursos] a la prevención y la descriminalización de las drogas», dijo el Nobel de Literatura.

«México ha dado un ejemplo de cómo hay que enfrentar al narco»

Vargas Llosa aplaudió la dura respuesta de las autoridades mexicanas al crimen organizado. Aseveró que «han dado un ejemplo» al enfrentar «de una manera resuelta, directa, el desafío del narcotráfico», y agregó que no entiende a los que critican al presidente mexicano, Felipe Calderón, por su política respecto al problema.

«¿Qué habría que hacer? ¿Habría que mirar hacia el otro lado y dejar que el narcotráfico siguiera creciendo e impregnando el Estado, infiltrándose en todas las instituciones hasta convertir a México en un narco-estado?», se preguntó.

El mismo Mario Vargas Llosa suele repetir que opta por la legalización de las drogas como un método para disminuir la delincuencia asociada al narcotráfico. Según el escritor, la legalización del consumo de drogas será un golpe mortal a la corrupción, que es «uno de los grandes problemas no resueltos en América Latina».

Decomiso de armas «histórico» en México

Mientras tanto, en el marco de su dura lucha contra el narcotráfico alabada por Mario Vargas Llosa, las autoridades mexicanas han conseguido un gran avance. Este domingo fueron decomisadas 900 armas ocultas en un contenedor procedente de Turquía y con destino a Nicaragua.

Según informaron fuentes oficiales, este decomiso que fue calificado de «histórico» fue realizado en la costa del estado de Michoacán. En el contenedor se encontraron 154 pistolas de calibre 9 milímetros, una pistola calibre 7,55 milímetros y 756 escopetas del calibre 12. Las autoridades entregaron el contenedor y la carga a la Fiscalía federal, que iniciará las averiguaciones correspondientes.

En su totalidad, las batallas impuestas por el crimen organizado desde el año 2006 se han cobrado alrededor de 35.000 vidas humanas. Sin embargo, la lucha del Gobierno mexicano contra el narco ha tenido bastantes éxitos: se han decomisado toneladas de drogas y armas, y se ha atrapado a los cabecillas de los narcocárteles más poderosos.

 

Obama: Latinoamérica es vital para la economía de EE. UU.

Obama: Latinoamérica es vital para la economía de EE. UU.

Obama: Latinoamérica es vital para la economía de EE. UU.
Imagen: AFP / Joe Raelde

«Latinoamérica es uno de los mercados exportadores más amplios, es un mercado clave para la economía de EE. UU.». Es lo que dijo el presidente estadounidense, Barack Obama, en Tampa antes de partir a la Cumbre de las Américas.

«Mientras esté en Colombia hablando con otros líderes estaré pensando en cómo podemos hacer más negocios, acceder a más mercados y más consumidores en la región», afirmó el mandatario estadounidense.

A su juicio, Latinoamérica es una de las zonas que más crece en el mundo, por lo que asegurando un incremento en el intercambio se podrá ayudar a las pequeñas empresas a aumentar sus exportaciones e incorporar más estadounidenses a trabajar.

Obama resaltó que «solamente en América Latina decenas de millones de personas han salido de la pobreza y pasado a la clase media en la última década». Según él, eso significa que tuvieron más dinero para gastar y espera que gasten ese dinero en productos estadounidenses «para que los negocios estadounidenses puedan incorporar más estadounidenses a trabajar».

«Nuestro objetivo respecto a Latinoamérica, América Central y el Caribe es que queremos ser buenos socios, poder trabajar con los países a partir del interés y el respeto mutuo», subrayó Obama y agregó: «Queremos ver una América Latina vibrante y creciente porque cuanto más rápido crezca, más y mejores oportunidades de negocio tendremos en EE. UU.».

En la Cumbre de las Américas Obama -que ya está en la ciudad colombiana de Cartagena de Indias- defenderá los intereses no solo de las compañías exportadoras grandes, sino también de las medianas y pequeñas que pertenecen, sobre todo, a los ciudadanos hispanos del país.

Al respecto, los expertos opinan que de este modo Obama trata de conquistar el voto hispano en las presidenciales de noviembre, ya que precisamente el voto latino y afroamericano contribuyeron enormemente a que Obama consiguiera en las elecciones de 2008 una supermayoría en estados clave, lo que inclinó la balanza a su favor.

 

¿De qué legalización hablamos?

¿De qué legalización hablamos?

El debate impulsado por el presidente guatemalteco Otto Pérez Molina es más político que práctico.

El mercado crucial para resolver la problemática causada por el narcotráfico es el de la cocaína

Madrid El cuerpo de un taxista asesinado yace en Acapulco, Guerrero (sureste de México). / Bernandino Hernandez (AP)

La petición del presidente guatemalteco, el conservador Otto Pérez Molina, de “abandonar toda premisa ideológica” acerca del debate sobre la legalización de las drogas alentó que el tema fuera uno de los protagonistas de la VI Cumbre de las Américas. El rechazo del presidente estadounidense, Barack Obama no ha sorprendido a nadie: “La legalización no es la solución”, el mantra repetido por los Gobiernos estadounidenses desde que Ronald Reagan emprendiera su propia ofensiva contra el narcotráfico. Pero la sangría provocada por una agresiva estrategia antidrogas que causó decenas de miles de muertos en Colombia en los noventa, y ha dejado otros tantos más —cerca de 60.000 desde 2006 en México— en la región abre de nuevo el debate. ¿De verdad no es la solución.

La respuesta es mucho más complicada. “Por más que los países productores y de tránsito abran la discusión sobre la regulación de nada sirve si los países consumidores no se lo plantean”, explica el investigador mexicano Alejandro Hope, especializado en el estudio del tráfico de drogas. Y si bien Obama reconoció en una entrevista esta semana que Estados Unidos, el mercado de consumo más grande del mundo que gasta anualmente más de 64.000 millones de dólares (unos 48.900 millones de euros) en drogas, era “parte del problema”, el desconocimiento sobre el tema está más que extendido en EE UU.

Un informe encargado por el Senado norteamericano en septiembre de 2011 reconoce que “la mayoría de los estadounidenses no son conscientes de la manera en que el consumo de drogas influye directamente en la violencia en México y Centroamérica”. La Organizaciones de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC, en inglés) calcula que un 95% del total de los narcóticos que llegan a EE UU pasan por México, Honduras, Guatemala y El Salvador.

“Queda claro que el debate internacional sobre política de drogas es menos serio de lo que debiera ser”, explica Hope. “Por ejemplo: América Latina no tiene un problema con las drogas, tiene un problema con la cocaína

. Si mañana legalizan la marihuana, a países como Guatemala les da igual. El tema serio está en la cocaína, que representa la mayor parte de las ganancias de los carteles del narcotráfico”. Y el rechazo a la legalización de la cocaína es mucho mayor que el de otras drogas como, precisamente, la marihuana. “No he visto ningún estudio en la que el índice suba del 10%”, detalla.

Aun así, hay indicios positivos. “El cambio más significativo es que Washington ha aceptado que se debe tener esta discusión”, afirma Ethan Nadelmann, director del think tank Drug Policy Alliance. “Es evidente que son pequeños pasos y que, en definitiva, las discusiones significativas se habrán dado a puerta cerrada”.

La alternativa bolivariana pierde protagonismo en Latinoamérica

La alternativa bolivariana pierde protagonismo en Latinoamérica

Chávez descarta ir a la cumbre de Cartagena de Indias por recomendación médica

Cartagena de Indias Chávez abraza a su hija Rosa, ayer en Caracas. / JUAN BARRETO (AFP)

Hace tres años en la Cumbre de las Américas celebrada en Trinidad y Tobago, el presidente venezolano, Hugo Chávez, regaló a Barack Obama el libro Las venas abiertas de América Latina, la obra de Eduardo Galeano que durante décadas conquistó tantos corazones antiliberales en la región. Aquel gesto marcó en cierta forma la cúspide de la influencia continental del líder bolivariano de igual manera que su enfermedad actual es casi una metáfora de la debilidad de su alternativa política cuando la mayoría de los países latinoamericanos vive un momento de confianza y optimismo económico.

Estaba previsto que Chávez aterrizara al mediodía del viernes en Cartagena de Indias (Colombia) para asistir a la VI Cumbre de las Américas. En lugar de eso pronunció un discurso en el balcón del palacio presidencial de Caracas en el que anunció que el sábado viajaba «de nuevo a La Habana para un nuevo ciclo de radioterapia» para tratarse el cáncer que padece, dejando en el aire la posibilidad de detenerse brevemente en la capital del Caribe colombiano. Teatralmente, el presidente venezolano llegó incluso a someter a votación entre los miles de partidarios que le escuchaban si debía asistir o no a la cumbre. Una abrumadora mayoría le pidió que se quedase en Caracas.

De confirmarse, su ausencia se sumaría a la del presidente de Ecuador, Rafael Correa, que decidió no acudir a Colombia como un gesto de rechazo por no haber sido Cuba invitada —fue vetada por EE UU y Canadá— quedando el presidente boliviano, Evo Morales, como único representante del eje bolivariano en la cumbre. Precisamente la presencia de La Habana en la próxima cita, a celebrar en Panamá dentro de tres años, se ha convertido en una exigencia de los países de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de América (ALBA). Así lo manifestó el viernes el propio Morales nada más pisar suelo colombiano y el canciller venezolano, Nicolás Maduro, ha llegado a lanzar el desafío de que sin Cuba no habrá más cumbres de las Américas. De hecho, esta exigencia es de momento uno de los principales motivos de desacuerdo para firmar hoy la declaración final de la reunión.

A la polémica se unió Fidel Castro con un artículo titulado La Cumbre de las Guayaberas en el que arremete contra la Organización de Estados Americanos (OEA), el neoliberalismo, «doctrina oficial del imperialismo», y recuerda el apoyo de Estados Unidos a los golpes militares en América Latina durante el siglo XX. Pero los argumentos del líder cubano han perdido eco en una región que en general en los últimos años ha recuperado soberanía, consolidado la democracia y experimentado un fuerte crecimiento económico. Del mismo modo, es de prever que la influencia de un Chávez convaleciente vaya perdiendo señal y que sin su inspiración personal la alternativa bolivariana pierda fuelle.

Algo similar ocurre con la ofensiva nacionalista lanzada por la presidenta argentina, Cristina Fernández, sobre Repsol YPF, que afecta no solo al capital español sino también a Estados Unidos, que posee más del 20% de la petrolera. La iniciativa peronista, que varios de los empresarios reunidos en Cartagena explican por motivaciones políticas y no por razones económicas, complicará la pretensión de Buenos Aires de que la declaración final de la Cumbre de las Américas recoja su reivindicación sobre las islas Malvinas frente al Reino Unido, ya que no se considera probable que EE UU entre en conflicto por esa cuestión con su tradicional aliado británico.

El nacionalismo económico, la inseguridad jurídica, el manejo caprichoso de la macroeconomía, la falta de separación de poderes, los monopolios parecen ir en dirección opuesta al rumbo tomado por los países más exitosos de América Latina como Brasil, Colombia, Chile o Perú, entre otros, que han hecho, como reiteró ayer el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, del buen gobierno, el fortalecimiento de las instituciones democráticas, la apertura comercial, la gestión prudente de la economía y el respeto a los derechos humanos la base de su prosperidad.

¿Cumbres? Las de antes

EL OBSERVADOR GLOBAL

¿Cumbres? Las de antes

Las diferencias entre el encuentro de Yalta de 1945 y el de Cartagena de este año ilustran cuánto ha cambiado el mundo

Los presidentes de Colombia y Bolivia posan antes de que inicie el partido amistoso entre los dos países. / RICARDO MORAES (REUTERS)

Dos cumbres: Yalta, 1945 y Cartagena de Indias, 2012. En la primera participan tres jefes de Estado; en la segunda, 30. En la primera, Stalin, Churchill y Roosevelt decidieron cómo iban a dividirse el mundo. En la segunda, los líderes hablaron. Y no tomaron decisión alguna con consecuencias para la gente de las Américas. En cierto modo, esto es bueno. Ninguno de los presidentes en esta Cumbre, ni siquiera Barack Obama, concentra tanto poder como los tres líderes reunidos en Yalta. Para darse cuenta de cuánto ha cambiado el mundo, basta leer esta poética nota oficial de los organizadores del encuentro de Cartagena: «El colibrí vuela rápido y llega muy lejos. Es, quizás, la única especie del reino animal que atraviesa el continente con una técnica impecable de vuelo… denominador común de los países del Hemisferio, desde Alaska hasta la Patagonia. Por todo ello, la figura de un colibrí de alas multicolores fue elegida como el logosímbolo [sic] de la Cumbre». ¿Cuál habrá sido el logosímbolo de la Cumbre de Yalta?, me pregunté. Y sonreí al imaginarme la reacción de Stalin o Churchill al leer algo como esto. Sí; es un mundo distinto.

Por otro lado, es justo reconocer que la agenda oficial de la Cumbre de las Américas fue muy prometedora. Los jefes de Estado hablaron de pobreza e inequidad, desastres naturales, tecnologías de la información, seguridad ciudadana y la integración física del continente. Todos son temas válidos. Pero hay dos detalles importantes. El primero es que para avanzar en estos asuntos no hace falta una cumbre. Hay mucho que los países pueden hacer por su cuenta; de hecho algunos evidencian gran progreso. Pero no todos. Y los que siguen estancados no es a causa de sus vecinos. Los culpables del atraso son los mismos jefes de Estado que pronunciaron incandescentes discursos en la Cumbre. El segundo detalle es que los temas que más atención atrajeron no fueron estos asuntos prioritarios, sino otros sobre los cuales nadie espera que pase mucho: drogas y Cuba.

Sobre las drogas hay una buena noticia que ya ocurrió independientemente de la Cumbre: 2012 pasará a la historia como el año en que se levantó la prohibición para pensar en alternativas a la política sobre drogas que ha impuesto Estados Unidos. Esto no quiere decir que se vaya a abandonar una estrategia que claramente ha fracasado. Pero sí que ahora está permitido explorar otras posibilidades; que esto haya ocurrido en Cartagena es una señal de progreso. Y luego está Cuba. Varios presidentes están furiosos porque Cuba no está invitada a participar en la Cumbre de las Américas. El hecho de que este foro sea solo para países democráticos es, para ellos, un detalle irrelevante.

¿Qué tienen en común estos dos temas, las drogas y Cuba? Que ambos les permiten a los participantes en la Cumbre desviar la atención de sus propias fallas y dirigir el reflector hacia Estados Unidos. ¿Para qué hablar de la represión en Cuba, la libertad de prensa en Ecuador, el populismo argentino o la militarización de Venezuela si podemos hablar de Estados Unidos?

¿Cuál hubiese podido ser una agenda con consecuencias concretas? Aquí están dos posibles puntos:

1. El desarme latinoamericano. Esta es la región más homicida del planeta. Sufre de más muertos por armas de fuego que zonas del mundo que están en guerra. ¿Por qué no usar la Cumbre para que los presidentes de la región (después de denunciar a EE UU por sus criminales exportaciones de armamento) promuevan un plan para reducir el número de armas que tan libremente circulan y que están diezmando a su gente, especialmente a los jóvenes? Podrían lanzar una ambiciosa iniciativa que organice y movilice a madres, sindicatos, empresas, universidades, medios de comunicación, artistas y la sociedad en general para hacer de Latinoamérica una región con menos armas. Ingenuo, lo sé. Pero quizás más ingenuo aún es seguir sin hacer nada al respecto.

2. Inmigración. No me refiero a la disfuncional política inmigratoria de EE UU. Esa hay que reformarla. Pero, mientras eso sucede, ¿por qué los gobernantes de América Latina no hacen algo por mejorar la manera en la que sus países tratan a los trabajadores extranjeros de países vecinos? La inaceptable política de EE UU hacia los indocumentados es un dechado de virtudes comparada con las crueldades y abusos a los que son sometidos los inmigrantes pobres dentro de América Latina.

Estos son solo dos temas. Hay más. Pero no serán discutidos en las cumbres porque implican mirar hacia dentro y revelarle al mundo cosas horribles. Por eso es mejor hablar de los hermanos Castro y de la marihuana.

Obama promete una nueva era de asociación con América Latina

Obama promete una nueva era de asociación con América Latina

El presidente estadounidense reclama a la cumbre «promover la democracia en Cuba»

Cartagena de Indias El presidente colombiano, Juan Manuel Santos, ayuda a Barack Obama a sentarse en la ceremonia inaugural de la cumbre. / LUIS ACOSTA (AFP

Después de años de olvido y atraído ahora por las enormes oportunidades económicas que esta región ofrece, Barack Obama ha prometido este sábado en la cumbre de Cartagena una nueva era de asociación con América Latina. Contener la penetración de China, abrir mercados para los productos norteamericanos y revitalizar la influencia política de Estados Unidos, crecientemente en entredicho, forman parte de los objetivos de la Casa Blanca con esta nueva estrategia.

“Para las Américas, este es un momento muy prometedor”, manifestó Obama en una reunión con empresarios de la región. “Se calcula que el comercio a través del hemisferio es solo la mitad de lo que podría ser. Tenemos que hacerlo mejor. Con cerca de mil millones de ciudadanos, mil millones de consumidores, entre nosotros, es mucho lo que podemos hacer”, aseguró.

Estados Unidos está a punto de poner en marcha dos nuevos tratados de libre comercio en el área —Colombia y Panamá— y sigue siendo un polo de atracción para las empresas y los Gobiernos latinoamericanos, pero la promesa de Obama puede llegar demasiado tarde. China ha avanzado de forma espectacular en los últimos años, es ya el principal socio comercial de varios países, incluida la gran potencia regional, Brasil, y le disputa a EE UU el liderazgo tradicional en el volumen total de inversiones extranjeras

Prácticamente todos los gobernantes latinoamericanos se quejan de la absoluta indiferencia que la Administración norteamericana ha mostrado hacia sus vecinos del sur a lo largo de los tres últimos años y, en conversaciones privadas, se muestran hoy más que escépticos de que las palabras de Obama se traduzcan en medidas tangibles a corto plazo.

Preocupado por contener a China en Asia y por buscar una posición dominante en la región del Pacífico, EE UU ha comprobado cómo China se le colaba en lo que antiguamente se entendía como su patio trasero, en perjuicio no solo de su credibilidad como potencia, sino también de sus posibilidades con vistas a un futuro que, como nunca en la historia, se observa hoy con gran optimismo en América Latina.

Obama trata ahora de recuperar el terreno perdido, no por la vía acostumbrada en este continente de la presión política y la imposición de condiciones, sino dando un impulso al comercio y al libre mercado desde una posición de igualdad. “Tenemos que aceptar que estamos en un mundo nuevo y que tenemos que relacionarnos de otra manera”, reconoció el presidente norteamericano. “Si EE UU se da cuenta de que sus intereses estratégicos de largo plazo no están en Afganistán o Pakistán, sino en América Latina, tendremos grandes resultados”, pronosticó el presidente colombiano, Juan Manuel Santos.

La mayoría de los presentes en esta cumbre albergan, no obstante, serias dudas al respecto. En unos casos, porque se aprecia que, mientras Obama habla de libre comercio, su país sigue imponiendo medidas proteccionistas. “Si quieres que un niño camine, no le impidas andar; si quieres que una industria exporte, no la protejas”, advirtió el presidente de México, Felipe Calderón. En otros casos, se sospecha que el repentino interés de Obama en América Latina está movido por los intereses electorales.

Antes de llegar a Cartagena, el presidente norteamericano hizo una escala en Tampa (Florida), donde están asentadas algunas de las empresas interesadas en expandir sus negocios en América Latina. Allí, Obama habló de los empleos que se pueden crear con ese comercio, de los beneficios que este acercamiento pueden tener para EE UU y, particularmente, para Florida, uno de los Estados decisivos para elecciones del próximo mes de noviembre.

La presencia de Obama en la Cumbre de las Américas le permite, además, pronunciar alguna frase en español y mostrar mayor proximidad física y emocional con los países de los que proceden la importante comunidad hispana, que tendrá un papel tan destacado en las presidenciales.

Uno de los 33 presidentes que participan en esta cumbre se quejaba ayer en privado de que “EE UU ha traído su política doméstica a esta reunión”. Indudablemente, el calendario electoral es el asunto más acuciante en estos momentos para la Casa Blanca. Eso facilita la relación amistosa que ayer se apreció en los foros de esta conferencia, pero dificulta las opciones del presidente de avanzar en problemas políticos como el de Cuba. Precisamente la importancia electoral de Florida, donde reside la mayor parte del exilio cubano, impide cualquier flexibilidad de Obama en esa materia. Ayer se limitó a decir que “uno de los desafíos que afrontamos ahora es el de promover la democracia en Cuba”.

En la anterior cumbre, celebrada en 2009 en Trinidad y Tobago, un Obama recién elegido presentó una política audaz de acercamiento a Cuba. Después de tres años sin ningún progreso, todo lo que puede hacer ahora el presidente es, como hizo con el presidente ruso, Dmitri Medvédev, prometerle a sus colegas latinoamericanos que el año próximo podrá ser más flexible.